Con dolor, cuelga fotos de su hija muerta para luchar contra el acoso

Nació en el Reino Unido, pero Julia Derbyshire se mudó a Estados Unidos cuando tenía cuatro años. Julia empezó a sufrir acoso escolar en los primeros años de su adolescencia. La situación empeoró tanto que su padre decidió regresar al Reino Unido con toda la familia. 

La vida siguió, y Adrian, su padre, pensó que el problema estaba resuelto. 

Ahora que por fin estaban a salvo en otra ciudad, Adrian tenía la sensación de que todo marchaba bien. No tenía idea de que su hija seguía atrapada en una pesadilla. 

Julia seguía siendo acosada brutalmente a través de las redes. Era muy infeliz y terminó severamente deprimida. Bajo nombres falsos, estuvo visitando en secreto páginas web dedicadas al suicidio y a la automutilación. 

Un día, Adrian se encontró con una escena terrible: descubrió a su hija colgando de una soga alrededor del cuello. 

Julia había tratado de quitarse la vida y estaba insconsciente. Adrian la desató en seguida y le aplicó la reanimación cardiopulmonar, RCP, pero era demasiado tarde. Julia no despertó. 

Terminó en terapia intensiva, donde la mantuvieron con vida con ayuda de medios artificiales durante cinco días. Muy pronto, se hizo evidente que no tenía esperanzas de sobrevivir, y los médicos le dijeron a Adrian que tendría que tomar una decisión muy difícil.

Fue la decisión más dolorosa de su vida, pero Adrian sabía que tenía que dar su autorización para desconectar a Julia.

Adrian le tomó algunas fotos a su hija antes de morir. La chica solo tenía 16 años. 

"Hice estas fotos minutos antes de la muerte de Julia y las guardé en secreto en mi teléfono hasta ahora porque no las quería ver, ni entonces ni ahora." dijo Adrian. 

Pero dos años después, Adrian decidió hacer públicas las fotos. 

"Difundir estas imágenes es una de las cosas más duras que he tenido que hacer en mi vida. Al ver esas fotos, vuelvo a sentir aquellas emociones, y me hacen sentir físicamente enfermo", explicó Adrian. 

Pero este hombre se enfrentó a su desesperación porque sentía que tenía que hacer algo. Quería concienciar a las personas acerca de las trágicas consecuencias del bullying en Internet. 

Después de la muerte de su hija, lanzó SASSY, una campaña contra el acoso online. Adrian tiene la esperanza de que estas imágenes ayuden a otros padres que se encuentren en una situación parecida. 

"En lugar de abrir una botella para celebrar sus 18 años, fui a poner flores a su tumba", dijo.

Después de publicar las fotos, Adrian recibió muchos comentarios alentadores. "La respuesta de la gente ha sido extraordinaria. He recibido mensajes de familias que han perdido a sus hijos pequeños y adolescentes para darme las gracias por haber publicado las fotos". 

La historia de Julia es sumamente trágica y, a la vez, un recordatorio de la gravedad del problema del acoso online. Gracias al valor de su padre para compartir su experiencia, la esperanza de prevenir muertes sin sentido en el futuro crece cada día más. Hay que ponerle un alto a la horrible persecución a la que muchos adolescentes tienen que enfrentarse.  

Créditos:

Daily Mail

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