Esta mujer ciega recupera la vista tras tirarse de un avión
Josie Paille sabía que le quedaba poco para quedarse ciega. Las personas que se quedan ciegas no suelen tener el "privilegio" de saber cuánto tiempo les queda antes de perder la visión. Por lo que Josie no dudó en aprovechar el tiempo que le quedase para ver y experimentar todo lo posible antes de que llegase ese temido momento. Pero precisamente gracias a eso, cual milagro bíblico, recuperó la vista.
Cuando tenía solo 16 años, Josie perdió la visión en uno de sus ojos a causa de una una vena ocluida. Ella trató de ocultarlo, y la mayoría de sus amigos ni siquiera sabían que tenía ese problema. Pero a los 44 años su problema empeoró: los médicos le dijeron que su enfermedad se estaba extendiendo a su otro ojo. "Vivir con dos ojos es un lujo, con uno, una necesidad", cuenta Josie. Se tenía que ir haciendo a la idea de que pronto se quedaría completamente ciega.
Josie, por supuesto, no paraba de pensar en lo que esto suponía para su vida. Su hermano, que vio que estaba preocupada y decaída, tuvo una idea: antes de que perdiera la vista para siempre, debería hacer algo especial que se le grabara en su recuerdo para siempre. Ahí fue cuando tuvo la idea de hacer paracaidismo con ella.
Pero ella estaba asustada de saltar desde tan alto y le dijo a su hermano que solo lo haría si Dios le daba alguna señal. Le dijo: "Voy a llamar a casa, si papá está, lo haré; si no, no". Pero había truco: Josie sabía que su padre estaba fuera de casa, de viaje. Así que, confiada de que su padre no estaba y, por lo tanto, no tendría que saltar, llamó por teléfono a su casa. ¡Pero su padre sí estaba en casa! Estaba tan sorprendida que se puso a gritar.
Así que no tuvo más remedio que cumplir su promesa y saltar. Atada a su instructor, se lanzó desde el avión y empezó a caer libremente a una velocidad de vértigo. A mitad de camino escuchó una especie de ruido en su cabeza, y le empezó a doler. Pero aun así, estaba feliz de haber elegido hacer esa última aventura antes de perder la vista.
Su instructor le dijo que ese ruido que oyó era normal, sería la presión que le afectó sus oídos. Pero no era cierto. Cuando Josie se despertó al día siguiente, su habitación le parecía más grande y brillante. Por instinto, se tapó primero un ojo y después otro. Podía ver perfectamente con ambos. Incrédula, fue al médico a que le hicieran pruebas. Los resultados hablaban por sí solos: el coágulo en ambos ojos había desaparecido gracias a la presión de la caída libre desde el avión.
Aquí puedes ver un vídeo, en inglés, en el que ella misma cuenta su historia:
Pero Josie afirma que lo que pasó en realidad fue un milagro. Sea lo que sea, la verdad es que tiene que ser impresionante despertar un día y haberte recuperado 'milagrosamente' de algo que te afligía durante décadas. Ojalá su caso se estudie y pueda ser de ayuda para casos parecidos.