Veterano de guerra sin extremidades recibe transplante doble de brazos

Levantarse de la cama, vestirse, hacerse un café y cepillarse los dientes son acciones cotidianas para nosotros, que hacemos de manera casi automática y sin esfuerzo alguno. Sin embargo, ¿qué pasaría si no fuéramos capaces de hacerlo? ¿Si, simplemente, no tuviéramos esa parte del cuerpo que nos permite realizar una rutina cualquiera?

Este es el caso de John Peck, americano de 31 años, que perdió sus brazos y sus piernas en Helmand, Afganistán, en el 2010. Peck era sargento de los Marines cuando, en medio de una misión, pisó una bomba casera que le voló las cuatro extremidades.

Durante los últimos 6 años, la vida de John ha sido de todo menos fácil. No solo no era capaz de caminar, teniendo que moverse siempre en silla de ruedas o con prótesis, sino que lo peor era su incapacidad para sentir, por ejemplo, la presión al tomar la mano de su prometida, Jessica. Poder tener esas sensaciones de nuevo era un sueño prácticamente imposible para John. 

Pero ya hemos visto que en este mundo nada es imposible. Desde hace dos años, John está en lista de espera para recibir un doble transplante de brazos. Y hace unos meses recibió la noticia que tanto había esperado: ¡había un donante para él!

Él iba a ser uno de los pocos afortunados en el mundo en recibir un transplante doble de brazos. Además, menos de 100 personas en todo el mundo han recibido transplante de extremidades. Era una ocasión única. 

Nervioso, sin saber muy bien si estaba tomando la decisión correcta (ya que esa operación era de alto riesgo), John tomó un avión a Boston (EE.UU.) y se dirigió al Brigham and Women’s Hospital. La operación, realizada por un equipo médico formado por 60 personas, duró 13 horas. Pero, cuando John salió del quirófano y recobró el conocimiento, exclamó, mirando a su prometida: "Tengo manos. Tengo manos. Lo conseguí."

Sin embargo, a los pocos días de recibir ese transplante, John tuvo pesadillas por la noche y se sintió muy incómodo con esos brazos que no le pertenecían, que eran de un completo desconocido. Pero al poco tiempo recuperó la ilusión y continuó con la rehabilitación. ¡Puede que consiga volver a sentir!

Según los médicos, todavía le quedan entre 6 y 12 meses de rehabilitación para poder utilizar sus brazos nuevos con normalidad. Además, aunque muchos consiguen volver a sentir sus nuevas extremidades a medida que pasa el tiempo, cabe la pequeña posibilidad de que no recobre el sentido del tacto. Pero John es optimista y encara el futuro con alegría, y sobre todo, se siente tremendamente agradecido de haber tenido una nueva oportunidad.

El volver a tener brazos ofrece a John un mundo lleno de posibilidades. Ahora, está decidido a cumplir su sueño desde que tenía 12 años: ser chef de cocina. Su meta es la de participar en el concurso de cocina Food Network Star y, quién sabe, quizá abrir su propio restaurante algún día.

La vida nos enseña que nunca hay que rendirse y perder la esperanza, ni siquiera en los momentos más oscuros. ¡Bravo por John!

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