Encuentran a un bebé recién nacido cubierto de basura

Daban las 6 de la mañana en la ciudad californiana de Merced. Un hombre madrugador buscaba latas para llevarlas a que las reciclen y así sacar algo de dinero. Cuando abre un contenedor de basura esperando encontrar algo que le sirva, da un grito y busca ayuda desesperadamente. Dentro del contenedor, cubierto de basura e insectos, yacía un bebé recién nacido.

Jimmy y Annette Álvarez viven enfrente de donde la escena ocurre. Al oír los gritos, salen a ayudar al pobre bebé, que aún tenía el cordón umbilical. Jimmy no dudó en quitarse la camiseta para arropar a la diminuta niña, cuyo cuerpo se resentía por el frío. "Al principio estaba fría y no se movía, pero cuando masajeé su cuerpo y se calentó un poco, dio una bocanada de aire y empezó a llorar. Si no la hubiésemos encontrado, hubiese muerto", confiesa Annette.

Mientras esperaban a las autoridades pertinentes, los Álvarez llevaron a la pequeñina dentro de su casa. En ese tiempo, decidieron llamarla Milagros, ya que ambos consideraron que el hecho de que sobreviviera es un milagro.

Al día siguiente, la policía buscó a la madre del recién nacido abandonado. Descubrieron que era una niña de tan solo 13 años. Ya que es menor de edad, no se hizo público el nombre de la madre, ni por qué abandonó a su hijo de esa manera. En esa localidad hay varias 'Zonas de Entrega Segura', que es como llaman a los lugares donde se pueden dejar a bebés de forma anónima en caso de no poder hacerte cargo de él. Cuando alguien deja un bebé allí, las autoridades son alertadas inmediatamente, de forma que el pequeño no corre peligro. Por desgracia, era obvio que la madre de Milagros no sabía de la existencia de estos lugares, puesto que abandonar a la pequeña en un contenedor era poco menos que una muerte segura si no hubiese sido encontrada a tiempo.

Después de que la niña se recuperase en el hospital, la pareja Álvarez decidió adoptarla. Jimmy y Annette llevan 18 años casados, tienen un total de 30 nietos y bisnietos y ya han adoptado en el pasado. Esto los hace los candidatos perfectos para darle a Milagros un hogar, y el amor y el cariño que su propia madre le negó. Milagros tuvo un final feliz, pero como su propio nombre indica, el hecho de que fuera encontrada a tiempo es, si no un milagro, una enorme casualidad. Concienciar a las madres, especialmente si son tan jóvenes como la de Milagros, de que hay formas de dar a tu hijo en adopción de forma anónima sin poner en peligro la vida del pequeño puede suponer la diferencia entre una tragedia y un feliz feliz. Confiamos que Milagros tendrá una vida plena con su familia adoptiva. ¡Un aplauso para todas las partes involucradas!

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