Una niña adoptiva recibe un sorprendente regalo de Navidad: su melliza
Jennifer Doering vive en Wisconsin y tiene cuatro hijos. Se acercaba la Navidad y tenía un regalo muy especial para uno de los niños. Había adoptado a su hija Audrey en China, cuando era un bebé y, después de 10 años, Jennifer decidió buscar información sobre la familia y los antepasados de Audrey. Ella y su esposo contactaron a una organización especializada en investigar los orígenes de las personas adoptadas.
En cierta etapa del proceso, el orfanato que les entregó a Audrey cuando era un bebé envió a los Doering una foto familiar que tenían en su archivo.
Cuando los padres de Audrey vieron la foto, se quedaron estupefactos: al lado de ella había otra niña idéntica. Eran como dos gotas de agua. No les quedó la menor duda, ¡Audrey tenía una hermana!
Entonces empezaron a rastrear las huellas de la hermana de su hija. La noticia era demasiado buena como para no iniciar la búsqueda. La Navidad estaba por llegar, o sea que no tenían mucho tiempo.
El nombre chino de Audrey es Gui, y se habían enterado de que su hermana se llamaba Mei. Espera, si pones los dos nombres juntos, en el orden correcto, forman la palabra "rosa" en chino. Esta era una costumbre reservada solo para mellizos. ¡Así que Audrey no solo tenía una hermana, sino una hermana melliza!
Primero los Doering publicaron algunas peticiones en diversas páginas de Facebook dedicadas a niños adoptados en China. Esto les abrió muchos canales de comunicación, pero no obtuvieron ningún resultado.
Por último, se toparon con la página web de la Dra. Andrea Olsen, especialista en enfermedades congénitas entre niños adoptivos chinos. Audrey había tenido un problema relacionado con este tema. Ahora tenían una pista más: quizás si su melliza también había sido adoptada en los EE.UU., era probable que hubiera padecido la misma enfermedad. Los Doering contactaron con la Dra. Olsen para rogarle que los ayudara.
Finalmente, recibieron una respuesta. Sus corazones latían a toda velocidad mientras leían el mensaje. "Sí", escribió, ella había tratado a una Mei que había nacido el mismo día que Audrey.
Después se enteraron de que ahora Mei se llama Gracie Rainsberry. Gracias a Internet, Jennifer encontró fotos de la melliza. No pudo evitar soltar un grito: "¡Es el clon de Audrey!".
Las familias se pusieron en contacto y planearon una reunión por vídeo con las dos niñas. Justo a tiempo para Navidad, entre risas y lágrimas de felicidad, todos fueron testigos de este momento. Las niñas tenían mucho en común; ambas aman a los animales, las matemáticas y los deportes. Tienen los mismos gestos y la misma sonrisa.
Pero resulta que Gracie vive en Washington. Para conocerse en persona, tendrán que tomar un avión. Pero ya están planeando un viaje para lo antes posible.
Mira este vídeo para conocer más detalles sobre esta historia (en inglés):
La mamá y el papá de Audrey se las arreglaron para obsequiarle mucho más que información acerca de sus antepasados. Encontraron a uno de los miembros de su familia biológica justo a tiempo para celebrar la Navidad. ¡Pero no a cualquiera, sino al más cercano! Este tipo de historias son las que te hacen creer en los milagros de la vida...
¡Vamos a ver con qué sorpresas nos encontramos la próxima Navidad!