Le quitan un tumor de 3 kilos a una niña africana

La pequeña Janey Sylva era una niña sana que crecía en su país natal de Gambia, en el este de África. Pero a los 9 años empezó a quejarse de un dolor en la boca. Los médicos le detectaron un tumor que crecía con el tiempo, que podría haber sido extirpado en ese momento sin mayor problema. Pero, por desgracia, la familia de Janey no contaba con los medios adecuados para hacerlo. Por eso es que ahora, tras tres años creciendo, sea noticia. 

Y es que el tumor crecía a un ritmo insospechado. Este tenía tres veces mayor tamaño que la mandíbula de la pequeña Janey; era aproximadamente tan grande como un pomelo. No es de extrañar que la pobre niña no quisiera ni ir a la escuela ni pasar tiempo con sus amigos. Por mucho que intentase taparse con una bufanda, la vergüenza de tener la cara así de deformada era una carga demasiado grande para ella.

El tumor ni siquiera la dejaba sonreír. Y lo que es peor: apenas la dejaba comer, y cada vez le costaba más respirar. De ahí que una doctora local pidiera ayuda a una ONG llamada Healing the Children (curando a los niños), que a su vez se puso en contacto con el doctor David Hoffman, jefe de cirugía facial en la Universidad de Staten Island, Nueva York.

Tras arreglar el papeleo pertinente para que Janey pudiera viajar a los Estados Unidos, los médicos pudieron examinar su caso y no salían de su asombro. Lo que más les sorprendió fue que el tumor no paraba de crecer. De hecho, no lo hizo hasta el día en que la operaron.

Ya que Janey y su madre solo podían estar un tiempo limitado en el país debido a su visado, los doctores tuvieron que hacer una sola operación para extirparle el tumor, lo que complicaba todo al no tener margen de error. Por suerte, tras 12 horas, ¡la operación fue un éxito! Pero no solo le quitaron el tumor, sino que tuvieron que reconstruir parte de su mandíbula usando un trozo de hueso de su pierna. En la foto de arriba se ve a los doctores posando con el tumor, ¡es realmente gigante!

Ahora, con su nueva mandíbula, Janey está aprendiendo a hablar y a comer de nuevo. Su madre y ella volvieron a Gambia donde, ahora sí, es una niña más. Tras 3 años de calvario, Janey por fin puede volver a sonreír. ¿Y es que hay algo más valioso que la sonrisa de un niño?

Créditos:

Dailymail, acb7news

Comentarios

Más de Nolocreo