Las hermanas Sutherland: ¡casi 10 metros de pelo en total!

Las hermanas Sarah, Victoria, Isabella, Grace, Naomi, Dora y Mary Sutherland (y su único hermano, Charlie) nacieron entre los años 1845 y 1865 en el Estado de Nueva York. Cuando crecieron, se hicieron famosas por algo bastante inusual.

Los niños vivían con su madre y su padre, un párroco,  en una granja y eran muy pobres. Su madre, que desafortunadamente murió en 1867, estaba extremadamente orgullosa del largo y fuerte pelo de sus hijas. Para hacerlo crecer, les untaba el pelo con un mejunje secreto especial cada día. El único problema que tenía este champú casero era que olía terriblemente mal. El hedor era tan horrible que las niñas intentaban evitar ir a la escuela a toda costa, para evitar que sus compañeros se metieran con ellas. Pero sea lo que fuera lo que había en ese apestoso mejunje funcionó de maravilla: el pelo más corto era de un metro y Victoria era la que lo tenía más largo: ¡casi 2 metros de pelo!

Su padre, Fletcher Sutherland, las hacía cantar en la iglesia, pero se dio cuenta de que la congregación estaba más interesada en su casi 10 metros de pelo en total si los combinaban todos que en sus habilidades musicales. Inmediatamente, vio la oportunidad de convertir la obsesión de su mujer en beneficios. Formó un grupo musical con sus hijas y se las llevó de gira, por lo que consiguió un éxito enorme. En 1880 incluso actuaron en Broadway y mientras paseaban por las calles de Nueva York, muchos fans se acercaron a ellos al reconocer sus largas cabelleras. Pero su mayor éxito y fama llegaron cuando su padre firmó un contrato con el circo Barnum & Bailey en 1984. La gente venía desde muy lejos solo para ver a las jóvenes apodadas como las "Siete Maravillas del Mundo", entre otras cosas.

A finales del siglo 19, enfermedades y pobreza estaban a la orden del día, y en tal situación, el pelo brillante y fuerte de las hermanas era considerado un símbolo de salud, vitalidad y exotismo. La gente estaba fascinada con ellas y pronto se les ocurrió una idea para capitalizar toda esta fascinación. Empezaron a producir sus propios productos para el cuidado capilar, actuando como los perfectos representantes. A las alturas de 1890 habían vendido más de 2,5 millones de botellas a 1,50 dólares cada una; una cantidad importante teniendo en cuenta que esa cifra correspondía al salario medio semanal en aquella época.

Las hermanas Sutherland hicieron una fortuna y cuando su padre murió, convirtieron la pequeña granja de la familia en una gran finca. Contrariamente a su imagen de hermanas cantoras inocentes, empezaron a circular historias acerca de la vida de excesos que llevaban en su nueva finca, donde las drogas, el sexo y las disputas por envidias formaban parte del día a día. Gastaban el dinero como si las obligaran y muy pronto su vasta fortuna se vio mermada.

Entonces, llegó el último golpe para las hermanas: en los años 20 las melenas cortas por encima de los hombros empezaron a ser la sensación y el pelo largo se consideraba anticuado. Todo el éxito de las hermanas se terminó y se difuminaron en la oscuridad.

Después de que su fortuna se esfumara y su mansión se quemara en 1938, los hermanas que todavía vivían (solo tres de ellas se habían casado) pasaron el resto de sus vidas viviendo en la más absoluta pobreza; irónicamente, justo como empezaron. Grace fue la última de las hermanas en morir y siguió llevando el pelo extremadamente largo hasta su muerte en 1946. 

Todo lo que queda de las famosas hermanas Sutherland son sus numerosas fotografías donde podemos admirar sus impresionantes cabellos. Hoy en día, todavía algunos las consideran fascinantes. Es como la historia de Rapuncel en la vida real, solo que sin el final feliz.

Créditos:

Daily Mail

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