Le amputan una pierna a una adolescente que tenía una uña enterrada

La inglesa Hanna Moore se ha pasado los últimos años luchando contra un problema que la mayoría de nosotros podemos resolver en cuestión de días. Cuando tenía 16 años, esta chica deportista tenía una pequeña lesión en el dedo que dio lugar a una molesta uña enterrada. Estaba acostumbrada a los dolores e incomodidades propias de su atlético estilo de vida, así que ignoró el recurrente malestar hasta que se volvió insoportable.

Cuando Hanna acudió al médico, su pie estaba en tan malas condiciones que no quedó más remedio que operarla. Afortunadamente, se trataba de una cirugía menor, y al principio, todo parecía ir bien. Pero los dolores de Hanna continuaron y su pie empezó a inflamarse y a perder pigmentación, era obvio que tenía algo más serio.

Youtube/This Morning

Los médicos no encontraron ningún indicio de infección, y los análisis posteriores tampoco aclararon por qué su pie se puso negro y escamoso. Los doctores de Hannah probaron varios tratamientos, pero su problema siguió empeorando. Con el paso del tiempo, descubrió que tenía un agujero en el pie y una úlcera sangrante que tuvieron que eliminar con cirugía. 

Hannah no se dio por vencida y siguió probando todo tipo de tratamientos que le recetaron los médicos, pero también quería volver a ser la misma de antes: "Los tres años anteriores han  sido una absoluta pesadilla, es sorprendente cómo ha cambiado mi vida por culpa de una uña enterrada", afirma.

A los 19 años, Hannah estaba harta y les pidió a sus doctores que le amputaran la pierna. Como médicos profesionales, no podían aceptar algo que consideraban una medida excesiva y le recomendaron firmemente no hacerlo. Por esta razón, el Seguro de Salud Nacional (NHS en sus siglas en inglés) se negó a pagar los costos de la amputación.

Pero Hannah estaba convencida de hacerlo. Ya había perdido tres años de su vida y quería acabar con este vía crucis, así que decidió ignorar los consejos de su médico y someterse a la operación. Tuvo que pagar 6.000$ de su bolsillo por la amputación. Y parece ser que fue lo mejor que pudo haber hecho.

La operación fue todo un éxito, y ahora Hannah se ha liberado totalmente del dolor y es capaz de vivir la vida intensamente otra vez. Hannah no se arrepiente en absoluto: "Me había impedido hacer tantas cosas; pedir que me amputaran la pierna ha sido la mejor decisión de mi vida".

Actualmente, Hannah tiene una prótesis de pierna y no solo puede caminar, también correr y montar en bicicleta nuevamente. Ha retomado el control de su vida y planea competir en los Juegos Paralímpicos.


Resulta difícil creer que una simple uña enterrada haya estado a punto de terminar con sus sueños, pero Hannah ha demostrado ser realmente fuerte. Y no importa lo que pase durante la competición; gracias a su valentía y su fuerza de voluntad siempre será una triunfadora. 

 

Comentarios

Más de Nolocreo