Una mujer que sufrió anorexia publica fotos de su recuperación

Cuando era una adolescente, Gemma Walker sufrió anorexia durante años y sus padres observaron impotentes cómo su hija se iba consumiendo poco a poco. La familia, de Australia, estaba viviendo una pesadilla.

Todas las mañanas, su padre Steve entraba a hurtadillas en la habitación de su hija para asegurarse de que seguía respirando. "A veces", dice, "nos sentábamos en el suelo junto a su cama solo para estar con ella. No podíamos hacer nada".

Cuando tenía 14 años y pesaba solo 28 kg, los médicos fueron tajantes: si no recibía ayuda, su vida iba a peligrar en cuestión de días. Le dieron 48 horas de vida.

Si no paraba de perder peso, no sobreviviría. "Me sentía adormecida, los días se fundían uno con otro y yo deseaba que cada día acabara, esperando morir tranquilamente mientras duermo".

En lugar de eso, fue hospitalizada en numerosas ocasiones en los últimos siete años, incluyendo una vez en urgencias y otras dos en la unidad de psiquiatría.

Aun así, ella se negaba a comer, intentando engañar a veces a los médicos poniéndose pesas de gimnasio alrededor de los tobillos, haciéndoles pensar así que había ganado peso. 

Llegó incluso a hacerse cortes a sí misma.

Su padre recuerda lo agonizante que fue aquella época para Gemma y para ellos: "Siete años es mucho tiempo para ver a tu niña sufrir, mucho tiempo para verla adormecida, sin voz, sin personalidad... solo una obsesión controladora y letal".

Entonces las cosas parecieron cambiar para mejor. Gemma comenzó a comer de nuevo, pero ahora se fue al extremo opuesto. Podía ingerir cantidades enormes de comida, a veces hasta 6.500 calorías en solo 20 minutos... para vomitarlas después.

Pasando de anoréxica a bulímica, Gemma se desmayaba y tenía alucinaciones.

"Mi recuperación fue muy traumática", cuenta tiempo después. "La gente pensaba que, como me veía más saludable, estaba mejor y ya no era anoréxica. Los atracones crónicos y la bulimia duraron casi 18 meses. Era un completo giro de 180º, de estrictas reglas obsesivas a una absoluta pérdida del control".

Durante esa época triplicó su peso, y lentamente, con ayuda de sus seres queridos, estaba dando grandes pasos hacia una vida más sana.

Su padre le sugirió escribir una carta de despedida a la anorexia. Durante seis años, Gemma guardó la carta en un cajón. Tiempo después, además de todo el apoyo de su familia, ella también le dio las gracias a su novio por haberle motivado: "Él es la razón por la que sigo viva".

Ahora, Emma es una hermosa joven y ha dejado atrás el terrible trastorno que se apoderó de ella, comenzando así un nuevo capítulo en su vida. "Es una sensación tan maravillosa y surrealista".

Para celebrar los 6 meses tras su completa recuperación, Gemma ha publicado fotos en Internet mostrando su extraordinaria transformación. 

Y no solo esto: también ha lanzado su propia marca de cuidado de la piel, revelando así una pasión y una fuerza de voluntad que acaba de descubrir en si misma.

¡Enhorabuena, Gemma! Ha sido una dura batalla, pero la ha ganada y ahora sirve de inspiración para otras personas que aún luchan por liberarse de las mortales cadenas de la anorexia.

Créditos:

Daily Mail

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