Un perro duerme todos los días en el hospital donde falleció su dueño
Hace dos años, Masha y su dueño visitaron el hospital por primera vez. Su dueño estaba un poco enfermo, pero no era nada serio. Sin embargo, su salud empezó a deteriorarse cada vez más y más, y él falleció un año después. Masha no podía creerlo.
Aquí es donde ella lo vio por última vez. Fue en el escritorio de la recepción, donde Masha y su dueño intercambiaron miradas por última vez.
Ella no podía olvidarse de su dueño. Su amor era muy fuerte.
Cada mañana ella aparecía en el escritorio de la recepción del hospital, donde había visto a su dueño por última vez. Esto pasó durante el año pasado. Por la noche, ella desaparecía para irse a su hogar, para cuidar de la casa y la granja de su dueño.
Normalmente, los ojos de un perro irradian felicidad, y solo se ven tristes cuando no hay golosinas que recibir, o cuando están tramando algo.
Pero estos ojos se ven tan tristes que podrían romper tu corazón. Muchas personas intentaron adoptar a Masha. La última vez, ella se escapó en medio de la noche y apareció en la puerta del hospital a las 3 am.
En algún momento, este perro empezó a hacer rondas alrededor del hospital. Desde entonces, Masha ha sido admirada por el personal del hospital. Solo a ella le permiten quedarse allí, y le dan de comer en el hospital. Ella se ha convertido en un símbolo de amor eterno. Todos los que pasan cerca de ella, recuerdan este símbolo. Todos los días.
Los que todavía duden del lazo tan fuerte que une a un perro y su dueño, deberían abrir los ojos. Esta historia es una prueba más del amor incondicional de un perro por la persona que lo ha cuidado hasta la muerte.