Una mujer sobrevive tras recibir 40 mordeduras de perro

Advertencia: este artículo contiene imágenes que podrían perturbar a algunos lectores.

A sus 24 años, Felicia Hambrick acababa de terminar sus estudios en la Universidad Pacific Lutheran de Washington cuando un encuentro con un perro cambió su vida para siempre.

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

Su mejor amiga, Cassy, le pidió que cuidara a sus tres hijos todo un fin de semana en octubre de 2016. Las dos chicas habían sido amigas desde el instituto, y Felicia ya había cuidado a sus hijos muchas veces.

Pero en esta ocasión en particular, la madre de Cassy también estaría en casa y, por supuesto, el nuevo perro de la familia, llamado Roscoe. Se trataba de un reciente regalo que les había hecho el abuelo paterno de los niños, aunque la familia no tenía tiempo para atender al perro y a menudo tenían que encerrarlo o dejarlo solo en casa.

Roscoe se llevaba muy bien con los niños, pero ya se había portado muy mal con Felicia, a quien consideraba una intrusa. Incluso una vez le había mordido la muñeca, así que en cuanto ella llegaba a la casa, la familia lo encerraba en una habitación.

Pixabay/JoanaCM

Felicia dejó a los niños frente al televisor aquel fin de semana de octubre y se dirigió a la cocina con la niña más pequeña en brazos. Después escuchó algo extraño.

"El perro estaba en el dormitorio. Se había puesto muy nervioso y estaba tratando de escapar de la habitación", recuerda ella. De repente, se abrió la puerta. "Lo escuché corriendo hacia mí". No tuvo tiempo de reaccionar.

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

Roscoe se lanzó contra ella. Felicia, quien no mide más 1.53 metros y pesa solo 52 kilos, fue incapaz de luchar contra el perro. Solo trató desesperadamente de proteger a la hija de Cassy y, afortunadamente, lo logró. "Sabía que su problema no era ella, sino yo", explicó más tarde. "Solo quería atacarme a mí".

Felicia recibió toda la furia de Roscoe, quien le mordió los brazos, las piernas, el vientre y el cuello. Parecía que el tiempo se había detenido. La madre de Cassy corrió a la cocina y, al ver la situación, tomó a su nieta en brazos y se la llevó a un lugar seguro. Después regresó con una escoba para alejar a Roscoe de Felicia. 

"Recuerdo que me estaba haciendo tanto daño que no podía dejar de gritar abiertamente. 'Solo quiero morirme. Dios, por favor, déjame morir'", relató Felicia.

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

Por suerte, un vecino llamó al 911 al escuchar los gritos. Pero cuando el personal de emergencia llegó, Felicia se encontraba tan mal que ni siquiera podía sostenerse de pie.

Lo siguiente que recuerda fue haber despertado en el hospital con unas 30 o 40 mordeduras. Para su "buena suerte", el perro no le había perforado ninguno de los tendones ni le había fracturado ningún hueso. Pero el golpe de suerte terminaba aquí. 

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

Tuvo que pasar cinco días en el hospital, donde le pusieron 94 grapas para cerrar muchas de las heridas. Su familia y amigos abrieron una página en GoFundMe para pagar los altos costes del tratamiento médico. 

Lógicamente, Felicia padece pesadillas desde entonces.

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

Sin embargo, y para sorpresa de todos, esta chica no tiene nada en contra de Roscoe, ya que cree que el perro solo estaba tratando de proteger a su familia. Cassy y los suyos se sienten muy mal por lo que pasó, pero Felicia les ha pedido que no lo hagan.

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

GoFundMe/Felicia Hambrick Medical

Ha mostrado una actitud sorprendente ante todo este traumático suplicio: algunos amigos le han sugerido hacerse la cirugía plástica o algunos tatuajes para cubrir sus múltiples cicatrices, pero ella quiere conservarlas como un testimonio de la experiencia que vivió. "Voy a aprender a amarlas", declaró. 

Youtube/Tacoma News Tribune

Youtube/Tacoma News Tribune

Aquí puedes ver una conmovedora entrevista con Felicia (en inglés):

En esta historia todos salieron perdiendo. Es innegable que Roscoe fue demasiado violento. Pero, por otra parte, nunca tuvo la oportunidad de formar parte de una familia que realmente lo quisiera y tuviera tiempo para él. Las autoridades correspondientes se lo llevaron y lo sacrificaron. Los perros son una gran responsabilidad y no deben ser tratados como un juguete al que puedes dejar por ahí cuando no tengas tiempo.

Cassy se enfrenta al terrible peso de la culpa: "Si hubiera estado en casa, esto no habría pasado. Ella es mi mejor amiga. Soy la responsable de que su vida haya cambiado para siempre".

Y Felicia se ha quedado con sus cicatrices y recuerdos traumáticos. Pero si hay un lado positivo, seguramente es que esta tragedia ha mostrado las extraordinarias cualidades de todos los involucrados. 

Felicia fue muy valiente al proteger a la pequeña que tenía en sus brazos. Incluso ahora que todavía tiene secuelas, está demostrando una maravillosa fortaleza interior al perdonar al causante de sus heridas y cargar con sus cicatrices como parte de la vida. ¡Impresionante!

Créditos:

Miamiherald

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