¡Los primeros septillizos que lograron sobrevivir ya son mayores!

1997 fue un año muy especial para la familia McCaughey, ya que Bobbi, la madre, logró algo que nadie había hecho antes. Ya había experimentado la maternidad con su hija Mikayla, pero tanto ella como su marido, Kenny, deseaban tener otro hijo.  

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Bobbi empezó a tomar Metrodin, un medicamento para estimular la fertilidad, cuando se enteró de que tenía una alteración en la glándula pituitaria, un órgano endocrino en el cerebro que estimula la ovulación. ¡Debido a que el tratamiento funcionó extremadamente bien, Bobbi no tardó en embarazarse de septillizos! Sin embargo, la gestación implicaba muchos riesgos, por lo que los médicos les recomendaron una reducción selectiva. Bobbi y Kenny rechazaron la respuesta. 

Después de nueve semanas, Bobbi tuvo que quedarse en cama por prescripción médica, ya que cualquier movimiento brusco podía provocarle un parto prematuro. Un mes antes de la fecha prevista, los siete niños nacieron por cesárea. Pese a todos los peligros, Kenny, Kelsey, Natalie, Brandon y Joel nacieron saludables. Solo Alexis y Nathan tenían ciertas discapacidades que limitaban sus movimientos. 

Ellos fueron los primeros septillizos que lograron sobrevivir al parto y su historia causó sensación de inmediato. Gracias a la cobertura mediática, Bobbi y Kenny obtuvieron donaciones muy generosas para sacar a todos sus hijos adelante. Los McCaughy, además, recibieron una casa propia, una camioneta, un año de productos de Mac & Cheese, dos años de pañales y muchos otros gestos maravillosos, como un viaje a Disneyland. 

Las donaciones fueron muy bien valoradas; criar a ocho niños al mismo tiempo no fue una tarea fácil. Durante su infancia, los pequeños usaban  de 150 a 170 pañales cada semana. Entrenar a siete niños para dejar el pañal también fue un gran reto. En los primeros meses, hubo 60 voluntarios, por lo general, ocho o nueve personas por día que ayudaban a la familia a alimentar a los niños, cambiarlos de ropa y vigilarlos durante las noches. 

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Veinte años después, los siete pequeños milagros, cuatro niños y tres niñas, ya son adultos y están buscando su propio camino en la vida. 

"Los recuerdos, las alegrías, las angustias... son lo que nos han guiado hasta donde estamos ahora, y es muy especial", dijo Bobbi. "Será muy drástico cuando todos se vayan al mismo tiempo". 

Kenny hijo quiere hacer una carrera relacionada con la construcción, Joel estudia Informática y Nathan quiere convertirse en científico. Brandon se unirá al Ejército. 

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Las hijas están buscando caminos algo diferentes. Kelsey quiere estudiar música, mientras que Alexis y Natalie están estudiando carreras relacionadas con la enseñanza. 

Los septillizos están encantados de tenerse los unos a los otros. Aunque actualmente los siete están tomando rumbos distintos, siempre contarán con sus hermanos. ¡Una familia increíblemente única!

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