Mujer gasta más de 58.000 dólares para verse como su hija

Muchas personas se avergüenzan de sus padres durante la adolescencia. Pero apuesto a que ninguno de ellos ha tenido que soportar tanto como Jane Horrock, una mujer de 36 años del Reino Unido.  

Janet Horrock, madre de Jane y de 57 años de edad, se divorció el año 2001. En ese entonces, se sentía lista para empezar una nueva vida, sin el matrimonio que le había causado tanto dolor. Pero había algo que no encajaba con este nuevo sentimiento de libertad: su apariencia.

Janet odiaba mirarse al espejo y ver que toda su juventud se había desvanecido por completo. Ya casi a los 60 años, su cuerpo lucía completamente diferente de como a ella le hubiese gustado verse. Al mismo tiempo veía cómo su hija Jane estaba en la flor de su juventud. Y entonces tuvo una idea que probablemente a nadie se le había ocurrido: quería parecerse a ella. De hecho, quería verse igual a ella, y que incluso la confundieran con su hermana. Esta es una foto de Jane, el ideal de Janet: 

Desde entonces, Janet se hizo múltiples cirugías plásticas, bajó de peso, se hizo el mismo corte de pelo, se puso extensiones y se lo tiñó también del mismo color: “Basé mi transformación en mi hija, porque es hermosa, yo la creé y quería verme como ella”, cuenta. Para lograrlo, perdió 15 kilos, se agrandó dos veces el busto, se operó la nariz, los ojos y además se puso implantes en los dientes para que se vieran menos maltratados. 

Pero a Jane no le gustó nada darse cuenta de que su madre estaba tan obsesionada con verse como ella. “Cuando supe que mi mamá quería basarse en mí, estaba aterrorizada. No me hacía feliz, no quería que mi mamá se viera como yo. No quería que la gente pensara que era mi hermana; quería que supieran que es mi madre”, cuenta la afligida mujer. Sin embargo, a pesar de los sentimientos de su hija, la madre tiene una opinión bastante singular al respecto: “Para ser sincera, no me importa lo que ella piense, porque igual le voy a copiar. Así es como soy”. El resultado es el siguiente:

“A mí mamá no le importa lo que yo piense”, lamenta Jane. Y es totalmente cierto: la determinación de su madre parece no tener límites, ni siquiera monetarios, ya que ya se ha gastado la impresionante suma de 58.000 dólares. ¡Y todo en cirugías y tratamientos! 

“Cuando la gente cree que Jane y yo somos hermanas, me siento genial con respecto a mí misma, en la cima del mundo. Y me hace creer que todo el dinero que gasté valía cada penique”,  comenta orgullosa Janet.

Youtube/Barcroft TV

La mujer se inyecta regularmente botox para mantener su deseada apariencia y se siente feliz de que la gente les pregunte si son hermanas. “Nos vestimos de manera similar, nos vemos parecidas, tenemos el mismo estilo de pelo, el mismo color, ambas somos muy delgadas, así que ¿por qué no habrían de confundirnos por hermanas?”. 

Parece que Jane ya ha aceptado en parte la excentricidad de su madre, aunque al principio le haya costado que las vieran juntas en la calle. Janet justifica las cirugías diciendo que en verdad su hija se ve así gracias a ella, por lo que también ella tiene el derecho de mantener ese mismo look. Un poco loco, ¿no? De todas formas, ya no hay manera de detenerla pues, según ella misma indica: “Siempre quise mantener esa apariencia. Así soy yo, no puedo evitarlo. Y lo seguiré haciendo hasta el día en el que muera”.

Si quieres saber más sobre esta perturbadora historia, puedes hacerlo en el video a continuación (en inglés):

Créditos:

littlethings

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