Una mujer le da una buena lección a su esposo sobre las tareas de casa

Esta es una historia en donde los hechos son más extraños que la ficción y nos muestra lo que ocurre con millones de personas en el mundo. Cuando leí el final, inevitablemente sonreí y pensé... ¡pobre madre! 

A personal project we like to call "Out of Control Mom."  And so many can relate!

Posted by Heath Robbins on Wednesday, February 4, 2009

 
“Una tarde, un hombre llegó a su casa del trabajo, sólo para encontrarse con un caos total. Sus tres hijos estaban fuera, aún en pijama, jugando con platos y envolturas de comida desperdigados por todo el patio delantero. La puerta del auto de su esposa estaba abierta, así como la puerta principal de su casa, y no había señales del perro.

Al entrar en la casa, se encontró con un desastre todavía mayor. La lámpara se había caído y la alfombra estaba enrollada contra una pared. En el salón, el televisor estaba a todo volumen en un canal de dibujos infantiles, la sala familiar estaba desordenada, con juguetes y ropa tirada por todos lados. 

En la cocina, los platos atascaban el lavaplatos, había restos de comida por toda la mesa de la cocina, el refrigerador estaba abierto, la comida del perro estaba regada por el suelo, un vaso roto bajo la mesa, y había un pequeño bulto de arena esparcido en la puerta trasera.

Rápidamente, el hombre subió las escaleras pisando  juguetes y montones de ropa mientras buscaba a su esposa. Le preocupaba que pudiera estar enferma o que algo serio le hubiera ocurrido.

Se encontró con un chorro de agua saliendo por la puerta del baño. Al asomarse, se encontró con toallas mojadas, espuma de jabón y más juguetes tirados en el suelo. Metros de papel higiénico por el suelo y pasta de dientes en el espejo y en las paredes.

Cuando entró en su habitación, encontró a su esposa acostada en la cama leyendo una novela. Ella alzó la vista y sonriendo le preguntó cómo le había ido el día. Él la vio y desconcertado le preguntó: "¡¿Qué pasó aquí hoy?!"

Ella sonrió nuevamente y le respondió: "Bueno, tú sabes que todos los días cuando regresas a casa del trabajo me preguntas qué hice en todo el día."

"Así es," le respondió de manera incrédula el esposo.

Y ella respondió: "Bueno. Pues eso, ya ves..¡Hoy no hice nada en absoluto!"

El mensaje que ella le dio a su esposo es tan claro como el agua. No estaría mal que los hombres de la casa compartan también la responsabilidad de mantener un hogar y se pongan el traje de limpieza y tomen la escoba, pues son las dedicadas mujeres las que se encargan la mayoría de las veces de las arduas tareas de la casa  – así que estaría bueno demostrarles la gratitud y el respeto que se merecen, y repartir las tareas para que todos podamos disfrutar de nuestro merecido tiempo libre.

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