Incómodo: los médicos le extraen un juguete sexual del trasero

Cuando la inglesa Emily Georgia puso un pie en el hospital, su preocupación era tan grande como su vergüenza.

Esta chica de 20 años había tenido una noche larga, y algo le había salido muy mal. En el transcurso de la noche, a su compañero se le había pasado la mano mientras usaba un juguete sexual. Las consecuencias, un verdadero desastre. 

El chico le había insertado un tapón anal de acero inoxidable en el ano, pero no calculó bien, y el objeto se enterró demasiado. El juguete, de 10 centímetros y con joyas en su base, desapareció dentro de su cuerpo. 

Después de intentar sin éxito alguno extraer el objeto con la mano, la noche de sexo pasajero de Emily no solo le demostró que no podía confiar en este tipo de artefactos, sino tampoco en su compañero sexual, quien aseguró que "ya se saldría de forma natural" y se fue con la excusa de que tenía que trabajar temprano al día siguiente. Emily se quedó sola con esta más que incómoda situación. 

Algunas angustiosas horas después, Emily se rindió al ver que nada había funcionado y aceptó pedir ayuda médica. Su compañera de piso la llevó al hospital, donde ella escribió su problema en una hoja de papel porque estaba muy avergonzada y no quería decirlo en voz alta. La mujer de la recepción la tranquilizó y le dijo que estas cosas pasaban con más frecuencia de lo que se imaginaba y que había casos mucho peores.

Emily tuvo que esperar tres horas a que le hicieran los rayos X. No fue sino hasta el siguiente día que la operaron durante una hora para retirarle el tapón. 

Los rayos X revelaron que el procedimiento era tan necesario como urgente. Para su mala suerte, el tapón ya estaba muy cerca de la pared intestinal, y los médicos le dijeron que los bordes afilados de la gema falsa podría causarle heridas internas.

Con la ayuda de una cámara diminuta, lograron examinar el interior del intestino de Emily y localizar el juguete. Los cirujanos fueron capaces de extraerlo sin abrirle la piel, lo que le ahorró la necesidad de llevar una bolsa de colostomía temporalmente. 

"No es tan vergonzoso como parece, la gente de urgencias ve cosas como estas todo el tiempo, e incluso peores, en el recto de muchas personas. El equipo del hospital se portó de maravilla. Eran muy divertidos y ni una sola vez me hicieron sentir incómoda, por eso ahora me parece tan fácil hablar del asunto".

Emily experimentó un gran alivio después de liberarse de ese intruso indeseable y está usando el Internet para alentar a otros compañeros de que si se encuentran con este tipo de infortunios, deben buscar ayuda profesional de inmediato. 

Se supone que estos objetos son para pasárselo bien, no para terminar con una bolsa de colostomía temporal. ¡Siempre hay que tener cuidado y leer las instrucciones!

Créditos:

Daily Mail

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