La inspiradora historia de superación de una chica con la piel quemada
La vida de la norteamericana Andrea Grant cambió para siempre cuando a los ocho años sufrió una tragedia de inimaginables consecuencias. Y no solo la afectaría a ella, también condicionaría la vida de su futura familia.
Corría el año 2001 cuando una explosión de gas quemó toda su casa. Su hermano estaba con ella, y milagrosamente ambos sobrevivieron. Pasaron un tiempo en el hospital hasta que pudieron ser dados de alta, pero las secuelas de este incidente les perseguirían toda la vida. Y no solo por tener la mayor parte de su piel quemada, con cicatrices que nunca terminarían de cerrar. Lo peor que a Andrea le dijeron que en caso de quedarse embarazada, no podría tener hijos.
Esto era debido a que, tras sufrir graves quemaduras, su piel no podría estirarse lo suficiente para acomodar el crecimiento del feto. Los médicos insistieron en que si intentaba tener hijos, tendría que terminar su embarzo en el cuarto mes.
Pero cuando Andrea se quedó embarazada, no dudó en desafiar los pronósticos de los médicos. Ahora ya está en la semana 41 de embarazo, y ya le queda poco para dar a luz a un bebé sano. Para poder ganar esta batalla, Andrea ha estado usando cremas y lociones variadas dos veces al día, para que su piel siga el ritmo que le impone el crecimiento de su bebé.
Y para demostrar que no está para nada acomplejada con su aspecto, Andrea se hizo una sesión de fotos en las que mostraba su cuerpo. Semidesnuda y con una barriga ya pronunciada por el avanzado estado de gestación, no dudó en posar como una auténtica modelo ante la cámara, aunque el estado de su piel diste mucho del cánon de belleza que la mayoría acepta como el normal. Su cuenta de Instagram se volvió viral y algunas de su fotos sobrepasaron los 20.000 "me gusta", demostrando que el mundo de internet acepta cada vez más y más la belleza en todas sus formas y condiciones.
Para ayudar a otros en situaciones similares a la suya, también es la fundadora de un grupo llamado "Beyond Scars" ("Más allá de las cicatrices") en el que comparte su experiencia con otras víctimas que hayan sobrevivido a graves quemaduras. Uno no puede más que sorprenderse ante la fuerza de voluntad de esta valiente joven, y ante cómo es capaz de desafiar los pronósticos científicos a priori más acertados. Le deseamos un buen final de embarazo a Andrea, y que sea lo más feliz posible en la nueva vida que le espera una vez dé a luz.