Una nueva vida: niño enfermo rescatado

Dima Kalekin nació en Ucrania pero no recuerda a sus padres. El día en que nació le diagnosticaron hidrocefalia (agua en el cerebro), y cuando sus padres lo vieron por primera vez se fueron del hospital sin él y nunca volvieron. A Dima lo tuvieron que mandar a un orfanato para niños con necesidades especiales en la parte este del país.

Cuatro años más tarde, Dima aún no sabía andar o comer con cubiertos. Sus cuidadores tenían pocas esperanzas de que se desarrollara como un niño normal. De hecho, estaban sorprendidos de que pudiera haber aprendido a decir un par de palabras. Pero cuando el joven parecía estar plantándole cara al destino, este aún tenía un golpe preparado.

Cuando la guerra estalló en el este de Ucrania, miles de civiles estaban en peligro; Dima y los otros niños del orfanato incluidos. El orfanato estaba en medio de un territorio disputado por ambos bandos y nadie se ponía de acuerdo sobre quién debería evacuarlo. Los niños y los cuidadores pasaron una semana huyendo de un sitio para otro sin suficiente agua, comida o medicamentos. Finalmente, cuando un grupo de separatistas lo graves estaban algunos de los niños, los llevaron ante las autoridades ucranianas.

Llevaron a los niños a un hospital en Charkow, donde los médicos apenas podían contener las lágrimas al ver a Dima por primera vez. Escapar de la zona de guerra le había dejado muchas secuelas y parecía más muerto que vivo. Uno de los médicos así lo recuerda: "Con su enfermedad, Dima no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir en este país". Los trabajadores de la clínica estaban tan desesperados que hasta llamaron a un cura que rezó por Dima.

Por suerte para Dima, su situación no tardó en cambiar: unas semanas después de que lo trasladaran a un nuevo orfanato, una pareja norteamericana lo visitó. Ernest y Ruth Chaves escucharon horribles historias sobre la guerra y estaban dispuestos a adoptar a un niño de la zona. En el mismo instante en el que vieron a Dima sabían que tenían que elegirlo.

 

La pareja era experta en trámites de adopción: tenían ya siete niños adoptados, por lo que prepararon el papeleo en un tiempo récord. En septiembre de 2015, solo dos meses después de haberlo conocido, se llevaron a Dima a casa y le pusieron un nuevo nombre: Zebadiah Chaves.

Arropado por su nueva familia, Zebadiah progresó muchísimo: ¡A los dos días ya había aprendido a comer solo con una cuchara!

Un año más tarde, el malnutrido niño ucraniano estaba irreconocible. Zebadiah aprendió a hablar y a andar. Y tras muchas pruebas, los médicos concluyeron que su cerebro no estaba dañado por el agua que su cabeza contiene, por lo que es muy probable que se desarrolle como un niño más.

Zebadiah tendrá que someterse a más tratamientos con el tiempo, pero ha demostrado de sobra que es un luchador y que tiene ganas de vivir. Y está claro que con el apoyo de su nueva gran familia le irá lo mejor posible.

Créditos:

fakty.uakp.ua

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