Un hombre piratea una cámara y grita a un bebé para que despierte

Era medianoche. El viento soplaba y agitaba las ramas, que crepitaban contra las ventanas, la luna se alzaba poderosa y los seres de la noche salían de sus escondites. 

Adam y Heather Schreck dormían plácidamente. Todo estaba tranquilo en su casa en Cincinnati, Ohio (Estados Unidos) y no se oía ni un ruido. Pero de pronto...

"Despierta, bebé".

Heather abrió lentamente los ojos. Le había parecido escuchar una voz. ¿Lo había soñado? "¡Despierta, bebé!". Vale, no lo había soñado. Heather miró a su marido, que todavía dormía. Esa voz era de hombre, pero no era él. Entonces, ¿quién era? y sobre todo... ¿de dónde venía esa voz?

Confusa y preocupada por su pequeña Emma, de 10 meses, Heather echa un vistazo a la habitación de su bebé a través del móvil. La pareja había instalado una cámara en la habitación a la que podían acceder a través del smartphone. 

La niña parecía estar bien, pero de pronto, la madre nota algo muy extraño: la cámara, que estaba programada para seguir los movimientos del bebé, se movía erráticamente, como a voluntad propia. La mujer, aterrada y paralizada por el miedo, despertó rápidamente a su marido.

Adam fue inmediatamente a la habitación de Emma. Cuando entró, se quedó de piedra. "¡¡¡Despierta, bebé!!!", gritaba un hombre. Pero allí no había nadie. Su hija estaba en la cuna, despierta, y muy asustada.

De pronto, la cámara, que enfocaba a la niña, se movió sola en dirección a su padre. Entonces, Adam se dio cuenta: alguien había hackeado la cámara y estaba espiándolos. Al darse cuenta de su presencia, el hacker comenzó a insultarle y decirle groserías y obscenidades. Rápidamente, Adam desconectó la cámara.

Sin perder ni un minuto, la familia acudió a la policía. Lamentablemente, no pueden hacer nada para encontrar al pirata informático. No ha dejado ni rastro. Tampoco hay forma de averiguar cuánto tiempo llevaba observando al bebé... El hombre se las había arreglado para ver y escuchar todo lo que pasaba en esa habitación, e incluso podía hablar con Emma.

Según informa la empresa de las videocámaras, este caso es más común de lo que parece. Cualquier dispositivo conectado a internet puede ser pirateado con facilidad. Las empresas de dispositivos de este tipo actualizan constantemente sus medidas de seguridad, pero al final está en manos de los usuarios proteger sus dispositivos adecuadamente, cambiando las contraseñas y actualizando el aparato. ¡Heather y Adam aprendieron la lección por las malas!

Esta historia es escalofriante, y lo peor es que le puede pasar a cualquiera. Voy a tapar todas las cámaras que tengo en mi casa ahora mismo y a cambiar mis contraseñas. ¡Toda precaución es poca!

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