Bebé se recupera milagrosamente después del presentimiento de su mamá

David y Joi Rawtich llevaban una vida feliz en Missouri. La pareja ya tenía una hermosa niña y estaban esperando a su segundo hijo, un niño al que llamarían Andrew. Pero un día, mientras iban en el coche, Joi tuvo un terrible presentimiento que la sacudió como si se tratara de una descarga eléctrica. 

Youtube/Titus Rivas

Tuvo la sensación de que que algo andaba mal con el bebé que llevaba en su vientre, pero no sabía exactamente qué era. Simplemente, se trataba de un presentimiento, de un instinto materno. Cuando Joi le contó a su marido sobre dicha sensación, él lo tomó como una paranoia. Pero Joi estaba convencida de que pasaba algo malo y se lo dijo a su médico, el cual no encontró motivo alguno de preocupación. De acuerdo con todas las revisiones practicadas, el feto estaba perfectamente sano. 

Cuando Joi empezó con el parto, se puso muy nerviosa, como cualquier otra mujer en esas circunstancias. Pero su ansiedad empeoró al poco tiempo, ya que estaba segura de que el bebé no estaba bien. Así que cuando el parto terminó y pudo, por fin, tomar a su bebé en brazos, estaba extremadamente aliviada al ver que se había equivocado. Y después de una breve revisión, los médicos les confirmaron, a ella y a David, que eran los orgullosos padres de un saludable bebé.

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Pero justo una hora después del nacimiento, Joi experimentó la misma inquietante sensación. Mientras una ráfaga de miedo le recorría el cuerpo, echó un vistazo a la cuna donde descansaba su recién nacido y se dio cuenta de que tenía los ojos abiertos y la mirada perdida. Presa del pánico, Joi llamó a una enfermera, quien, al ver al niño, no pudo ocultar su conmoción.

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¡La enfermera pudo ver claramente que la piel del bebé se había puesto gris! Mientras pasaban los minutos, su piel se oscurecía cada vez más hasta adquirir un color casi negro. Tanto la enfermera como la madre miraban con horror cómo el niño indefenso luchaba por tomar aire, hasta que dejó de respirar. Lo llevaron de inmediato a cuidados intensivos y lo resucitaron una y dos y tres veces... Un equipo médico estuvo muchas horas tratando de salvarle la vida desesperadamente. ¡Al final, resucitaron al pequeño Andrew 14 veces en total!

Joi cayó en la cuenta de que su presentimiento había sido certero en todo momento y estaba destrozada después de conocer la verdad: "Cuando vi los resultados en la pantalla de la resonancia magnética, estaba claro que había un problema grave, el cerebro tenía un hueco lleno de líquido". 

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Pero tres días después de dar a luz, Joi tuvo otra premonición de repente. Estaba sentada con David viendo televisión cuando aseguró sentir algo increíble: "Escuché esa voz interior diciéndome que todo iba a estar bien". Esto sucedió poco después de que la pareja decidiera llevar a Andrew a casa, donde estaba conectado a una máquina que supervisaba su respiración".

Los médicos no les habían dado muchas esperanzas a estos padres. Según ellos, había dos posibilidades: que muriera durante su infancia o que continuara viviendo con una severa discapacidad mental. La pareja tenía el corazón hecho pedazos, pero Joi estaba convencida de que su última premonición había sido real y de que Andrew podría tener una vida normal. Y más tarde, cuando toda la familia se reunió para el Día de Acción de Gracias sucedió algo sorprendente. La pareja no daba crédito al ver que Andrew sostenía el biberón con sus propias manos. Por lo general, los bebés pueden hacer esto a los seis meses de edad, ¡y Andrew tenía solo tres! Toda una hazaña para un bebé que supuestamente padeció un daño cerebral.  

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La salud de Andrew mejoró semana tras semana. Nadie podía explicar qué estaba pasando, los médicos nunca habían visto algo como esto. Día a día fue recuperándose hasta que finalmente dejó de necesitar medicación alguna. A los seis meses, le hicieron otra resonancia magnética que reveló algo increíble: ¡estaba completamente sano! De alguna forma, su cerebro se había regenerado y el hueco había desaparecido. Se trataba de un caso sin precedentes, que ningún neurólogo podía explicar. 

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Actualmente, Andrew es un chico saludable con un futuro brillante. Tiene 21 años y estudia Medicina con la esperanza de poder ayudar a otros algún día. 

Puedes ver su sorprendente y maravillosa recuperación en este vídeo (en inglés): 

Es una historia increíble con un final aun más prodigioso. Uno solo puede desearle a la familia lo mejor para el futuro.

Créditos:

Littlethings

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