Cuatrillizas maltratadas se convierten en chicas felices y exitosas

La vida de Bianca, Madison, Tiffany y Paris Lucci parecía perfecta y envidiable. Las guapas hermanas cuatrillizas vivían en uno de los barrios más ricos del mundo: Beverly Hills, en Los Ángeles. Los padres habían triunfado en la vida y criaban a sus hijas en una gran casa con piscina. Desde fuera, todo parecía ideal. 

Pero detrás de esta glamurosa fachada, estas niñas vivían en el infierno. Su padre era violento, agresivo y desdeñoso. Les gritaba todos los días y les decía que nunca serían nadie en la vida. Las obligó a colgar carteles por todo el barrio, lo que en realidad era parte de su propio trabajo, y las alimentaba escasamente. Los maestros de la escuela primaria notaron que las niñas siempre tenían hambre y decidieron darles un poco de dinero cada día para que pudieran comprar comida extra. 

Por desgracia, su madre padecía serios problemas psicológicos y no era capaz de protegerse ni de defender a las niñas de su marido. Pero una vez, cuatro días antes de Navidad, dijo que iba a salir a hacer las últimas compras navideñas y simplemente no regresó jamás. Las cuatro chicas quedaron en manos del tirano.

Youtube/The Lucci Quadruplets

Uno de los detalles más inquietantes es que su padre trataba a sus hijos con absoluta normalidad. Cuando se encontraba de mal humor, solo se disgustaba con las niñas. No pasó un solo día sin que le pegara o pateara a alguna de las cuatrillizas. Un día, una de las niñas fue agredida por un pederasta, y en lugar de ayudarla, su padre la culpó del hecho. Lanzó a una de las niñas al suelo con tanta fuerza que le rompió un brazo. En el hospital, aseguró que su hija se había caído a consecuencia de un resbalón.

Youtube/The Lucci Quadruplets

Cuando las niñas cumplieron 11 años, Madison llegó un día a la escuela con la frente ensangrentada; cuando la maestra le preguntó qué le había pasado, ella confesó la verdad: su padre le había pegado. Esta vez, la maestra tenía una prueba que confirmaba todas sus sospechas y llamó a la policía. Las niñas dejaron su hogar de inmediato y fueron trasladadas a diferentes hogares de acogida.

Pero su padre quería vengarse de sus hijas, ya que pensaba que lo habían "traicionado". Les dijo a los candidatos a padres adoptivos que sus hijas eran insoportables. También hostigó y amenazó a las personas que las habían acogido temporalmente. Todo esto alejó a un buen número de familias interesadas.

Sin embargo, al final, las cuatrillizas tuvieron un golpe de suerte: todas terminaron juntas en la misma casa con su madre adoptiva, Nadine Jett. Y aquí se quedaron. Por fin, un refugio seguro. Hoy en día, cuando hablan de toda la gente que les ayudó, se les ilumina el rostro cuando les mencionan el nombre de Nadine. Esta amorosa mujer les brindó seguridad y comodidad, las apoyó, las animó a seguir adelante y creyó en ellas. Sabía que podían ser felices y exitosas. 

Con el respaldo de Nadine y la ayuda de los otros maestros, las cuatro terminaron sus estudios con muy buenas notas. Lo que desafortunadamente no suele ocurrir con niños adoptivos.Youtube/The Lucci Quadruplets

A finales de octubre, Bianca, Madison, Tiffany y Paris cumplieron 20 años. Ahora son estudiantes universitarias y tres de ellas que jugaban al baloncesto ahora son parte del equipo oficial. 

Ellas son la prueba tangible de lo equivocado que estaba su padre. Son felices, exitosas e inteligentes. Las cuatrillizas están conscientes de que el sistema americano de adopción es muy complicado. Ellas tuvieron mucha suerte. Así que en mayo de 2016 crearon una fundación llamada "Un Caso de Amor" para ayudar a otros niños adoptivos.

Aquí puedes ver el conmovedor documental sobre las hermanas Lucci (en inglés):

Qué chicas tan increíbles. Mientras estén juntas y tengan a gente tan maravillosa que las ayude, nada ni nadie será capaz de destruirlas, como lo intentó su propio padre. Todo lo que nos queda es desearles lo mejor para el futuro. Después de todo, la mejor venganza siempre será tener una vida feliz y pacífica.

Comentarios

Más de Nolocreo