Después de perder a su bebé, estos padres tuvieron un duelo inusual

Charlotte y Attila Szakacs se casaron en 2015 y no esperaban otra cosa que el nacimiento de su primer bebé. En abril de 2016, un día antes del cumpleaños de Charlotte, la pareja se enteró de que iban convertirse en padres. Charlotte estaba embarazada.

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La pareja desbordaba felicidad y esperaba ansiosamente cada nueva etapa del proceso, hasta la semana 20 del embarazo...

Entonces el ultrasonido les reveló una noticia terrible. El feto, una niña, tenía una enfermedad que impediría que su cerebro se desarrollara correctamente y le causaría una severa malformación. La joven pareja estaba profundamente afectada.

Los médicos concluyeron que la bebé padecía un defecto genético en el que dos cromosomas habían cambiado de lugar, provocando que algunos genes se multiplicaran y que otros desaparecieran. Charlotte tenía que someterse cada dos semanas a un nuevo escáner. En la semana 37, la situación se empeoró y los médicos se dieron cuenta de que tenían que actuar de inmediato. 

El flujo sanguíneo de la placenta se estaba reduciendo hasta niveles muy peligrosos, así que el 13 de diciembre le practicaron una cesárea a Charlotte. En cuanto Evlyn llegó al mundo, la tuvieron que conectar a un respirador de inmediato. La madre tuvo que esperar siete horas para verla por primera vez y tres días para poder tomarla en brazos. 

"Fue realmente duro no poder cargarla por mucho tiempo; incluso cuando la tomábamos en brazos, las enfermeras tenían que recogerla y colocarla en su cuna. De esta forma, uno no puede sentirse realmente como una mamá o un papá", relató Charlotte.

Justo como lo temían, el cerebro de Evlyn no se había desarrollado. Debido a que tenía las vías respiratorias muy estrechas, no podía respirar por sí misma, y por esta razón, a los médicos les fue imposible practicarle una cirugía en el corazón para salvarle la vida. Incluso si hubiera sobrevivido de alguna manera, los doctores explicaron que habría padecido graves problemas con la vista, el oído, el habla, por no mencionar las discapacidades físicas y mentales. Pero sus padres no estaban preparados para dejarla ir.  

Charlotte describió su experiencia: "Después de su nacimiento, los médicos nos dijeron que contempláramos la posibilidad de trasladarla a un hospital para enfermos terminales, pero yo no estaba lista y tampoco quería creer lo que nos estaban diciendo".

Pero como el estado de Evlyn se deterioró durante las siguientes semanas, a sus padres solo les quedaron dos opciones: verla morir conectada a todo tipo de máquinas o permitirle una muerte tranquila en el tipo de hospital antes mencionado.

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No fue una decisión fácil, pero el 10 de enero de 2017, llevaron a Evlyn al hospital. "Nunca la había visto tan tranquila. La pudimos abrazar y acariciar libremente por primera vez durante una hora antes de que apagaran el respirador".

Solo algunos momentos después de que la desconectaran, a las cuatro semanas de edad, Evlyn murió sin haber respirado nunca por sí misma. 

Pero fue entonces cuando la historia tomó un giro inesperado. El hospital les ofreció a los padres pasar más tiempo con su bebita recién fallecida para que asimilaran mejor su partida y completaran el proceso de vinculación para integrarla a la familia. 

El método consiste en una cuna dotada de aire acondicionado que permite mantener a los bebés recién fallecidos junto a sus padres el tiempo necesario antes de despedirse.

Fue así como Charlotte y Attila estuvieron 12 días con su hija en el hospital para enfermos terminales, después se la llevaron cuatro días a casa antes de su entierro. Incluso salieron a dar un paseo al parque. Esta oportunidad los ayudó intensamente a sobrellevar su duelo.

En este documental puedes ver más detalles de esta historia tan extraña como conmovedora (en inglés):

Aunque el método no sea el más apropiado para todo el mundo, Charlotte quiere que las personas conozcan esta opción y puedan usarla en circunstancias similares. Cuando los padres están obligados a despedirse demasiado pronto de su bebé, unos días extras pueden hacer toda la diferencia.

Créditos:

dailymail

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