De mojigata a tener el récord del mundo de tatuajes

Las mujeres tienen que ir bien tapaditas. Nada de enseñar escote o de llevar una falda por encima de las rodillas. El pelo, bien recogido en una trenza. Y por supuesto, nada de mancharse la piel con tatuajes. Esta era la anticuada y extremadamente tradicional forma de pensar que tenía el marido de Charlotte Guttenberg, que imponía a su esposa una estricta forma de vestir y de comportarse durante el tiempo en el que estuvieron casados. Pero cuando falleció, Charlotte decidió aprovechar a lo grande su nueva libertad.

Al poco tiempo de que su marido falleciera, por el día de su cumpleaños, se autoregaló un tatuaje. "Fue un paso vital para mí", cuenta. "Siempre quise tener tatuajes. Pero mi marido me prohibió tenerlos. Según él, ninguna dama tendría un tatuaje. Pero eso no me impidió querer hacerme uno cuando tuve la oportunidad".

Dicen que los tatuajes son adictivos. Lo cierto es que el caso de Charlotte puede ser prueba de esto: en los siguientes 10 años, ¡se tatuó prácticamente todo el cuerpo! Pasó unas 1.000 horas en un salón de tatuajes. Como llegó un momento en el que no tenía sitio en el cuerpo, se decidió tatuar la cabeza.

Y el Libro Guinness de los Récords se hizo eco de la pasión de Charlotte, que ahora ostenta el récord del mundo de mujer de la tercera edad con mayor número de tatuajes. Y lo mejor es que ha vuelto a encontrar el amor: hace poco se casó de nuevo, con el hombre de la tercera edad con mayor número de tatuajes. Tal para cual, ¿verdad?

Ahora se siente más feliz que nunca. La gente joven dice que es la señora más 'cool' que conocen, y quieren ser como ella cuando sean viejos. El contraste con la vida que llevaba antes salta a la vista, nunca mejor dicho. Pero como ella dijo, de siempre había querido tener tatuajes, solo que su marido no la dejaba ser ella misma. O sea que aunque ha tardado más de lo deseado en poder vivir su vida como le hubiese gustado, nos alegramos mucho de que finalmente haya podido hacerlo. Viendo lo feliz que luce, ¡esta claro que mejor tarde que nunca!

Créditos:

littlethings

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