Mujer de Los Angeles se lesiona gravemente en su 1ª clase de spinning
Ejercitar es bueno para el cuerpo, todos lo sabemos, aunque siempre hay que hacerlo respetando nuestros propios límites. Cuando nuestros músculos no están acostumbrados al ejercicio potente, es mejor ir subiendo la dificultad poco a poco. Si no, podría pasar algo como la pesadilla que vivió Casey Daniel.
La chica de Los Ángeles, Estados Unidos, fue al gimnasio y decidió participar en la clase de spinning. Estas clases son famosas por la cantidad de calorías que es posible quemar en tan solo una hora. ¡Son muy buenas para bajar de peso! Casey estaba decidida a probarlas. Así que se subió a la bicicleta y dio todo de sí durante la hora que dura la agotadora sesión.
Cansada por la clase, Casey fue a su casa y luego se durmió. Pero el día siguiente… “Desperté y me sentía como si hubiese sido atropellada por un bus. Tenía unas contusiones raras sobre mis rodillas”, relata Casey. Entonces, un dolor insoportable la embargó. No podía caminar ni mover las piernas en absoluto. Tuvieron que llevarla de urgencias al hospital, donde determinaron que tenía rabdomiolisis, una condición muy extraña provocada por lesiones musculares graves.
Básicamente, la fibra muscular de Casey se había destruido por completo, provocando horribles lesiones que requirieron dos cirugías de emergencia. Los doctores tuvieron que operar sus muslos y hacerle incisiones gigantescas para salvar la movilidad. Todo por sobrecargar el cuerpo con el ejercicio…
“No puedo expresar lo terrorífico que es el no ser capaz de caminar y tener tanto dolor…”, dice Casey mientras estalla en lágrimas. La chica no miente, pues aún está en fisioterapia intensa 3 veces a la semana para lograr volver a caminar. Además, y como si su mala suerte no fuera suficiente, perdió su trabajo como enfermera de bebés en cuidados intensivos por estar tanto tiempo con licencia.
Casey no es el único caso en el que el spinning ha causado gravísimas lesiones en las piernas. Otras personas también han sido afectadas por este rarísimo síndrome en su afán de ponerse en forma ya desde la primera sesión de ejercicio. Las recomendaciones de los profesionales son que siempre se acerquen al entrenador cuando tengan dudas, se sientan mal y, sobre todo, cuando es la primera clase a la que asisten. Ellos pueden dar consejos sobre cómo enfrentar el entrenamiento y cuánto exigirnos.
Actualmente Casey tiene una página de GoFundMe para ayudar a pagar sus gastos médicos. Con su triste historia no nos queda más que la enseñanza de que tenemos que esforzarnos, pero dentro de lo que nuestro cuerpo nos permite. Siempre debemos poner atención a los signos que nos dicen que paremos y descansemos. Forzarnos demasiado a una meta a corto plazo es peligroso... a veces, el camino más seguro es también el más efectivo.
Puedes ver más sobre la historia en el video (en inglés) a continuación: