Un hombre escribe una frase nueva en cartel de un mendigo ciego
![Nadie se para a dar dinero a este mendigo. Cuando un hombre mira su cartel, entiende por qué](https://files.nolocreocdn.com/wp-content/themes/heftig/static/img/150x150.png?p0)
Un sábado por la noche, un hombre joven estaba sentado en una zona peatonal enfrente de una tienda cerrada, pidiéndole dinero a los viandantes. El chico, cabizbajo, tenía 20 y pocos años y sus zapatos y sus ropas estaban en las últimas.
En el suelo tenía un pequeño cuenco, y en su mano, un cartel que decía: "Estoy ciego, por favor, ayúdame." Solo había conseguido unas cuantas monedas. Un hombre se le acercó, con una bonita chaqueta hecha de tela elegante, y pantalones negros. Llevaba el cuello de su camisa blanca desabrochado y sus zapatos eran de cuero. Cuando vio al mendigo, le dejo unas monedas y se paró delante suya.
Tras pensar unos segundos, le quitó al mendigo el cartel. Tras examinar su contenido, decidió añadir algo en la parte libre, y se lo devolvió al chico. Tras despedirse, el hombre bien vestido se fue. El mendigo escuchó los pasos del hombre mientras este se alejaba.
Poco después, el cuenco estaba llenándose de monedas a toda velocidad. El chico ciego no podía creérselo. Ya que nunca habían sido tan generosos con él, se empezó a preguntar que qué había escrito el chico. Y pronto lo descubrió, ya que oyó la voz del chico elegante y lo reconoció. Lo paró y le preguntó qué había escrito, a lo que el chico elegante dijo: "Solo la verdad. Dije lo mismo que tú pero con otras palabras. Ahora pone: 'Hoy es un día maravilloso y no puedo verlo'".
El fondo de ambas frases era el mismo, pero la forma era diferente. La original decía que el hombre estaba ciego y necesitaba ayuda. Y la del chico elegante, que todos deberían estar felices de poder disfrutar de la vida con todos sus sentidos. Ya sea un ciego azul o flores que florecen. Muy a menudo no vemos las cosas bonitas porque nos centramos en las que nos preocupan, o las que no tenemos. Cada día tenemos mil razones para ser agradecidos. La elección es tuya: puedes encerrarte en las cosas malas o caminar por la vida con una sonrisa.