La carta de despedida del perro a su dueño es tan triste y bella a la vez…

John Pointer acaba de perder a su mejor amigo. Benny, su perro, tuvo que ser sacrificado tras luchar contra el cáncer y tener un fallo renal. John publicó una carta de despedida escrita desde el punto de vista de Benny en una página de Facebook que había creado para su perrito. Pero si la lees con atención, te darás cuenta de que la carta es en realidad una declaración del amor incondicional que John siente y siempre sentirá por el pequeño Benny.

"Ayer fue un día raro. No podía levantarme de la cama. El tío con el que vivo me tuvo que ayudar. Intenté que mis piernas se movieran, pero no me hacían mucho caso. Él me dijo 'no te preocupes colega, yo te tengo', y me llevó a cuestas hasta la puerta. Qué bien por su parte. Tenía muchas ganas de hacer pipí, y no me pude contener y tuve que hacerlo ahí mismo en cuanto me puso en el suelo. Normalmente no lo haría, pero ambos decidimos mirar hacia otro lado por esta vez.

Empecé a andar por el aparcamiento hasta la zona donde a los perros como yo les gusta hacer caca. Mis patitas se arrastraban por el suelo. 'Qué raro', pensé. Y de repente no pude evitar hacer caca allí mismo, en medio del aparcamiento. Aunque normalmente no estaría permitido.

Mi humano lo limpió todo. Eso se le da bien. Me dio vergüenza, lo miré y me dijo: "¿Seguimos caminando, colega?". Y eso hice, pero me costaba mucho. Cuando llegamos al final del aparcamiento, la cabeza me daba vueltas. Intenté subir por la cuesta, pero casi me caí. No entendía qué me estaba pasando.

Se agachó para tomarme en brazos y me llevó a casa. Yo todavía estaba confuso y mareado, pero al menos no tenía que andar todo el camino de vuelta. Me parecía que era una distancia imposible de recorrer.

Por fin me puso en mi cama. Y mientras me acariciaba me dijo: 'Yo te tengo, colega, yo te tengo'. Me encanta la forma en la que me hace sentir. Él hace que todo sea mejor.

Me tocó las patitas y el labio, y me preguntó: '¿Tienes frío, colega?'. Y sí, lo tenía. Mi cara y mis patitas estaban frías. Le mandó varios mensajes a alguien, y luego volvió para acariciarme más.

Un poco después, otro humano llegó. Se llama Jay y es uno de mis favoritos. También me acarició, y le dijo a mi humano: '¿Vamos a por una manta?'. Me pusieron una manta por encima y eso me hizo sentir bien. Me acariciaron y relajaron por un rato, pero veía cómo intentaban contener las lágrimas.

Yo lo último que quería era hacerles llorar, se me rompe el corazón. Se supone que es mi trabajo hacerles sentir mejor. Estaba un poco cansado y tenía frío. A veces me dormía por un momento y me despertaba enseguida, pero ellos siempre estaban ahí, asegurándose de que estaba bien, y hablando entre ellos.

Durante el día, mi humano hizo varias llamadas y pasó mucho tiempo conmigo. Lo escuché decir 'mañana a las 9... vale, sí. Le diré si algo cambia. Gracias, doctor McDonald'. También llamó a alguien más y dijo 'lo siento, pero tengo que cancelar lo de esta noche'. Entonces, mientras me dormía, creo que lo escuché llorar de nuevo.

Esa noche, muchos de mis humanos favoritos me visitaron. Todos eran muy cariñosos. Yo les lamía las lágrimas si se acercaban lo bastante a mi cara. Me susurraban cosas bonitas al oído, y me decían que era un buen perrito.

Un poco más tarde esa noche, me sentía lo suficientemente bien como para levantarme y andar hasta la puerta para ver quién venía. Me cansé más de lo que esperaba, pero me encantó verlos a todos. Escuché a mi humano decir: 'Esta es la primera vez que se ha levantado por su propia voluntad en todo el día'. Todo el mundo estaba contento de que me hubiese levantado de la cama. Y yo también, pero en cuanto se me pasó la emoción me di cuenta de lo difícil que era moverme.

Cuando se fue la última visita, mi humano me llevó afuera para que pudiera hacer 'mis necesidades', como él siempre dice. Salimos y cuando llegamos a las escaleras, me parecieron el doble de altas que de costumbre. Pero él me dijo 'no te preocupes, te tengo' y me llevó escaleras arriba.

¡Pero lo mejor estaba por llegar! En vez de dormir en mi cama, mi humano me llamó a su cama para que durmiese con él. Repito: ¡mi humano me dejó dormir en su cama con él! Normalmente cada uno tiene su cama, pero anoche dormimos acurrucados juntos, y me sentía muy bien a su lado. Pensé: 'Quiero estar aquí para siempre, nunca separarme de él'. Pero yo no me sentía muy bien, y cada vez me costaba más respirar.

Me parece que empezó hace unos meses. Estábamos jugando a ir a buscar la pelota y me desmayé. No sé qué pasó, pero creo que dejé de respirar. Podía escuchar a mi humano llamándome por mi nombre. Pero no podía mover ni un músculo. Él me levantó la cabeza y me miró a los ojos. Yo podía ver que estaba ahí, pero no podía lamer su cara. Él me dijo: 'Benny, ¿estás ahí?'. Pero no podía responder. Me miró y me dijo: 'No te preocupes colega, yo te tengo'. Entonces empecé a verlo todo oscuro, pero mis pulmones inhalaron fuerte y pude volver a ver.

Fuimos a ver a algunos veterinarios, y desde entonces empecé a oír palabras como 'miocardiopatía', 'cáncer' y 'fallo renal'. Todo lo que sé es que a veces estoy bien, pero otras... pues no tanto. Mi humano me tiene que dar pastillas.

Esta mañana, escuché como mi humano se levantó y se dio una ducha. Cuando volvió a la habitación, olía muy bien. Me ayudó a levantarme, y esta vez sí pude hacerlo por mí mismo. Pero cuando llegamos a las escaleras, otra vez parecían muy altas. Me dijo: 'Te tengo, colega' y me bajó en brazos. Hice mis necesidades y volvimos dentro. Me abrió una lata de comida para perros deliciosa. ¡Cómo me encanta!

Jay volvió hoy. ¡Qué sorpresa! Mi humano y él parecían preocupados, pero los dos me estaban acariciando. Era un poco como una obra de teatro en la que los actores estaban tristes, pero fingían estar felices. Al poco tiempo, apareció otra humana. Llevaba pantalones de médico, y me apoyé en ella.

Los escuché hablar. Me estaban mirando las encías y las patitas. Escuché a la mujer de los pantalones de médico decir: 'Es tu decisión, pero ahora sería un buen momento. No te quiero presionar, pero viendo su falta de color me extraña que se pueda mantener en pie. Además de los labios y las patas, mira aquí', y señaló a mi cara. 'Esto debería ser rosa, pero está casi blanco tirando a amarillo'.

Mi humano y Jay se fueron a hablar de algo. Cuando volvieron, mi humano dijo: 'Estoy de acuerdo, no quiero esperar a que sufra aún más'. La verdad sea dicha, me sentía bastante mal, aunque podía andar. Tenía la sensación de que mi cabeza estaba fría, al igual que mis patitas, que ya no me las sentía bien.

La mujer de los pantalones de médico dijo: 'Le pondré esto en el músculo, es un sedante. Y luego volveré. Mientras, asegúrate de que siente tu amor mientras se duerme'. Mi humano me besó y me miró a los ojos. Estaba intentado no llorar. La mujer de los pantalones de médico me puso una inyección de algo en la pierna. Yo solo miré a mi humano. Es tan genial... yo siempre estaré a su lado.

Jay y él me acariciaron y me dijeron las cosas más bonitas: que soy un buen perrito, que he hecho un gran trabajo y que están muy contentos de tenerme en su vida. Después de un rato, la cabeza me empezó a dar vueltas. ¡CÉNTRATE! Miré a mi humano. Lo quiero tanto...

Otra vez me medio dormí. ¡CÉNTRATE! Puedo ver a mi humano. Lo quiero tanto. Siempre estaré a su lado. Él lo sabe. ¿Tengo sueño? ¡CÉNTRATE! Siempre lo querré con todo mi corazón...

La mujer de los pantalones de médico dijo: 'Tiene que tener unas ganas tremendas de quedarse contigo, está luchando para no irse. Es impresionante'. Mi humano contuvo la lágrimas y dijo: 'Lo sé, este chico vive para mí... es el alma más dedicada que he conocido...'. Juntamos las cabezas y cerramos los ojos. Me sentía bien. No puedo describirlo. Nos miramos otra vez, e intenté disfrutar de esa sensación. Pero quizá tumbarme era lo mejor. Mi humano me ayudó a hacerlo. Y chico, vaya si me sentó bien'. 

Sentí como Jay y él me acariciaban, y como me hablaban. Me quieren tanto... ¿No soy afortunado? Y entonces sentí miles de manos acariciándome. Todo el mundo que había conocido y todo el mundo al que había amado estaba ahí, acariciándome, rascándome las orejas y ese punto bajo el cuello que hacía que se me moviera la pierna. ¡Todos deberíais probar esto, es genial! 

Entonces sentí a la mujer de los pantalones de médico tocar mi pierna. ¿Te he dicho que mi humano tuvo que repararme las dos rodillas? Son de titanio, y me han servido mucho, pero últimamente estoy algo frágil...

Mientras todos me acariciaban, la mujer de los pantalones de médico me clavó una aguja en la pierna, pero esta vez, en cuanto el fluido entró en mi pierna, ¡me curé! ¡Mis rodillas estaban perfectas! ¡Y sentí que mi cáncer desaparecía! ¡Y mis riñones ya no me dolían! Y, finalmente, ¡mi corazón estaba completo y saludable! Sentí que ya no tenía ninguna enfermedad. ¡Increíble!

Vi a mi humano, a Jay y a la mujer que vive en nuestra casa, Shelly. Estaban todos mirando algo. Me acerqué a ver qué era... y no sé, se parecía un poco a mí, pero cuando estaba enfermo, o muy cansado. La cara estaba borrosa, así que no estaba seguro, pero el pobre parecía haber sufrido bastante.

Podía ver cómo mi humano estaba a la vez aliviado y muy, muy triste. Lo quiero tanto... Miré al cuerpo que se parecía a mí, y luego a él... Creo que estaba triste por ese cuerpo. Empecé a saltar por la habitación, haciendo el payaso, pero parecía que todos querían estar tristes, y centrarse en lo que quiera que fuera aquel cuerpo que estaban acariciando y besando.

Pero mi humano estaba tremendamente triste. Me apoyé en él, como había hecho un millón de veces antes, pero ya no era lo mismo. Sentí como si su cuerpo fuese una nube y yo podía atravesarlo. Así que me puse a su lado, me senté como un buen perrito, y mi corazón le susurró al suyo: 'No te preocupes, colega. Yo te tengo'. 

Nunca me iré de su lado. Él lo sabe".

¿Has leído alguna vez una despedida así de triste? Benny es el mejor amigo que un hombre pueda tener.

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