Un marido revela las razones de su fracaso matrimonial

Matthew Fray es un bloguero que hace poco publicó un mensaje muy revelador en el que explica todas las razones de su fracaso matrimonial. Se concentró en su comportamiento y enlistó todos los errores que había cometido como marido, y que habían llevado a su esposa a dejarlo y a llevarse a los niños con ella. Matthew se dio cuenta de que muchos detalles, aparentemente insignificantes, tuvieron un efecto mucho más negativo de lo que imaginaba. Desafortunadamente, esta toma de consciencia llegó demasiado tarde...

"No sé todo lo que hay que saber sobre el matrimonio. Puede que desconozca la mayoría de la información. Pero estoy seguro de una cosa MUY importante: soy un pendejo. Y fui un esposo de mierda.

Me dolió. Me rompió el corazón. Me dio miedo.

Pixabay/733215

Pero no me tomó por sorpresa.

Porque nosotros (los maridos) tenemos más control del que pensamos. 

Y todos nosotros, hombres y mujeres, necesitamos hacernos más responsables de nuestra situación.

Y eso es lo que voy a hacer ahora. Aceptar mi propia responsabilidad. 

La pregunta que hoy pongo sobre la mesa es la siguiente:

¿He sido la clase de marido que supuestamente tenía que ser durante los primeros años, y los que siguieron, de nuestro matrimonio? ¿Alguna vez llegamos a ese punto en el que mi esposa buscaba en otro lado su paz interna y su felicidad?

Definitivamente, su manera de terminar nuestra relación fue una canallada. No tiene perdón.

Pero es aquí donde tengo que tomar la responsabilidad, al menos una parte, de la posición en la que me encuentro.

Ni siquiera estoy seguro de haber sido un buen marido.

La amaba, era lindo con ella. Quería hacerla feliz y ganarme su aprobación. Quería cuidarla y darle lo que necesitaba. Iba a trabajar todos los días por ella. Ella me motivaba. Quería estar con ella para siempre.

Pero fui un pendejo. Un egoísta. Y realmente estaba convencido de que me había reivindicado durante los dos últimos años de nuestro matrimonio, pero cuando yo estaba creciendo, ella ya se estaba retirando. Los siete años anteriores fui un marido de lo peor.

Shuttershock/SvetaZi

Ver el torneo de Masters

No lo sabía en ese tiempo, pero cuatro años antes experimenté un momento decisivo en mi vida durante el último domingo de la final del Torneo Masters de Golf, generalmente considerado el evento de golf más popular del año por los fanáticos estadounidenses.

En Ohio, el tiempo alrededor de Pascua de Resurrección y el Torneo de Masters suele estar marcado por el buen clima, así que hay que aprovechar para disfrutar de la vida al aire libre.

Así que, inevitablemente, el clima el día de la final del Masters era magnífico. Nuestro hijo todavía no cumplía el año. Y mi esposa quería que saliéramos a disfrutar del buen tiempo en familia. 

Pixabay/leandrodecarvalhophoto

Ir de excursión a un parque nacional en los alrededores

Ir al zoo.

Recorrer un parque en un tren turístico.

Suena bastante lógico, ¿cierto?

Así lo creo.

Pero justo ese domingo, no se me pasó por la cabeza que esto pudiera provocar una fractura en nuestro matrimonio. Sonaba perfectamente razonable. 

Dije algo parecido a esto:

Yo: 'En realidad, me gustaría ver mi torneo favorito de golf. Solo es una vez al año'.

Esposa: 'No puedo creer que quieras quedarte sentado dentro en un día tan maravilloso. ¿No quieres hacer algo divertido en familia?'.

Yo: 'No quiero quedarme dentro en un día tan bonito, tenía la esperanza de que lloviera, y claro que quiero pasármelo bien con ustedes, pero ya sabes, el torneo de golf solo es una vez al año. Y resulta que es justamente hoy y me gustaría verlo. Lo siento'.

Todo este asunto me persiguió durante muchos meses después del Masters. Estaba mirando la televisión en casa, pero nadie más estaba ahí. Ella ya se había ido. Mi hijo se había ido. Yo estaba ahí. Estaba despierto, pero no estaba ahí. 

Incluso, me dan ganas de investigar quién ganó el maldito torneo ese año, porque sinceramente no puedo recordarlo. Tal vez Justin Rose o Adam Scott. Pero, de verdad, ¿a quién le importa?

Elegí el Masters en lugar de pasar un domingo perfecto con mi esposa y mi hijo. 

¿Y a quién le pareció este plan absolutamente aceptable?

Eres un idiota. Y un marido de mierda. Al igual que yo.

Cometí el peor crimen de nuestro matrimonio, además de las cosas obvias, como mentir, abusar, y cosas similares.

Dejé a mi esposa sola en nuestro matrimonio

Se parece mucho a lo del domingo de Masters hace cuatro años.

Se parece a cuando se queda en casa el viernes por la noche para cuidar a los niños y hacer diversas tareas, y mira Mujeres Desesperadas sola en el sofá mientras uno está fuera con sus amigos. 

Se parece a cuando te invita a la cama por la noche del Lunes de Fútbol, pero tú estás demasiado ocupado fantaseando con tu equipo favorito como para estar con ella. 

Se parece a cuando ella te pide que la acompañes a un evento familiar en casa de sus padres, y tú te niegas para poder ver una película solo en casa o pasártelo bien con los videojuegos, jugando golf o póquer.

Se parece a cuando van a una fiesta y te pasas todo el tiempo bebiendo y riendo con tus amigos, y ni una sola vez le tomas la mano ni le susurras al oído que se ve muy guapa, ni haces contacto con la mirada desde el otro lado de la habitación, ni le dices 'te amo'.

Se parece mucho a cuando te vas del hospital el día que nació tu hijo porque quieres dormir, a pesar de que tu esposa te rogó que te quedaras. 

Se parece a cuando no reconoces todas las cosas que hace diariamente para que tú no tengas que arreglártelas con las citas, el mantenimiento de la casa, la compra de regalos para cumpleaños, bodas y graduaciones, la limpieza del hogar y otro millón de cosas que me cuesta reconocer porque todavía soy demasiado bruto, a pesar de que ahora mismo sigo recogiendo los fragmentos de mi casa vacía.

La lección más dura que he aprendido es que puedes tener todas las buenas intenciones del mundo. Puedes ser amable y encantador. Puedes tener espíritu de sacrificio.

Y se puede romper todo. 

El infierno está lleno de buenas intenciones 

He escuchado este proverbio toda mi vida y recién ahora me he dado cuenta de lo que significa.

Sabes, es curioso. Pude haber comprado el maldito DVD del Masters. 

Y tú también puedes hacerlo.

Somos gente rota. Maridos de mierda.

Pero, caballeros, no tiene por qué ser así".

Matthew se dio cuenta demasiado tarde que todos aquellos errores aparentemente inofensivos habían desgastado poco a poco su feliz matrimonio. Esta carta es un buen consejo para todos los hombres que están en una relación. En resumen: ¡no creas que tu pareja va a estar ahí siempre!

Comentarios

Más de Nolocreo