Moribundo disfruta de un último cigarro y una copa de vino

Cuando internaron a Carsten Fleming Hansen en la clínica universitaria de Aarhus, Dinamarca, el hombre sabía que no viviría mucho tiempo. Un aneurisma en su arteria abdominal había explotado y ya era muy mayor para que lo operaran. Los médicos le dieron unos días (o quizás solo algunas horas) hasta que empezara a desangrarse por dentro. 

Carsten aceptó su destino, pero el hombre tenía un último deseo: quería disfrutar de un último cigarrillo y de una copa de vino. Por supuesto, en todos los hospitales del mundo está prohibido fumar, pero las enfermeras querían cumplir el último deseo de un hombre a punto de morir. 

Así que llevaron a Carsten en su cama hasta un balcón y le dieron un cigarrillo de su marca favorita, además de una copa de un vino exquisito. Carsten saboreó su última calada y disfrutó del precioso atardecer junto a su familia. El hombre murió el pasado viernes rodeado de todos sus seres queridos. 

Cuando nuestro último suspiro está tan próximo, quizá hay más cosas importantes que seguir las reglas del hospital. Es maravilloso poder llevarle un último momento de felicidad a una persona que está a punto de emprender su último viaje. ¡El personal de esta clínica se merece todo nuestro respeto por este gran gesto!

Créditos:

Newsner

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