Niña muere de envenenamiento tras tragarse una batería

Brianna Florer es una dulce y vivaracha niña de 2 años. Brianna vive en Oklahoma, Estados Unidos, con sus padres, hermanos y abuelos. Todos celebraron las Navidades juntos.  

Justo antes de Navidad, Brianna tenía la fiebre un poco alta, pero sus padres pensaron que no era más que un simple resfriado. Pero el domingo después del día de Navidad, tuvieron que llevarla al hospital urgentemente. 

Y es que la niña empezó a vomitar sangre y la piel se le puso azul. Cuando le hicieron una radiografía en el hospital, pronto supieron el motivo: Brianna se había tragado la batería de un teléfono móvil. 

La niña tuvo que ser operada de inmediato, porque el ácido de la batería estaba saliéndose y le había llegado al estómago y a una de las arterias principales. "La operaron durante unas 2 horas y media, pero no pudieron parar la hemorragia", cuenta su abuelo, Kent Vice. "En un momento está bien y al siguiente, muerta. No teníamos ni idea de que se había tragado una batería".

PetSafe Battery Autopsy

La batería de litio del teléfono que se tragó Brianna puede encontrarse en muchos aparatos eléctricos. No solo en mandos a distancia, calculadoras o relojes eléctricos, sino cada vez más en juguetes y otros aparatos electrónicos para niños también.  

Según el Centro Nacional de Venenos de Washington D.C., únicamente entre 2005 y 2014 se produjeron más de 11.000 incidentes de personas que se tragaron baterías de teléfono. 15 niños murieron a causa de ello y ahora 101 tienen graves problemas de salud. 

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Por ello, es importante saber exactamente qué complicaciones se pueden producir cuando un niño se traga una batería. Así, si esto ocurre, puede tratarse rápidamente. Según el Control de Baterías Australia, una asociación que trata este tema en particular, es necesario contactar con un especialista en cualquiera de los siguientes casos: 

    •    Si un niño se ha tragado una batería, llama al teléfono específico para envenenamientos. Cada segundo es vital y estos especialistas no solo están disponibles 24 horas al día, sino que saben exactamente qué hacer. 
    •    Si el niño no come ni bebe ni puede vomitar, puede tener la tráquea bloqueada y puede ahogarse. 
    •    ¡Cuidado! La leche no sirve para el envenenamiento, sino todo lo contrario. La leche a menudo acelera la absorción del veneno por el intestino. 
    •    Las baterías que los niños puedan tragar deberían siempre mantenerse fuera del alcance de los niños. 
    •    Los aparatos con baterías pequeñas han de examinarse con cuidado. ¿Puede un niño abrir el dispositivo y llegar a las baterías?  
    •    Tira de inmediato las baterías usadas. La mayoría de los supermercados tienen un servicio gratuito de recogida de baterías y pilas. 

Sin embargo, existe esperanza: los científicos están buscando un método para cubrir las baterías con una cobertura de cuanto. Así, las baterías no podrían llegar al estómago de niños pequeños ni animales, lo que impediría que murieran envenenados. 

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Comparte esta importante información con todos tus conocidos. No subestimes los riesgos que conlleva tragarse una batería. Todos debemos saber cómo proteger a nuestros hijos de este peligro. 

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