Un perrito mexicano cubierto de tumores sufre increíble transformación
En febrero de 2015 un viandante observó algo horrible en las calles de Ciudad de México. Teniendo en cuenta que hay más de 1 millón de perros callejeros vagando por la ciudad, podría pensarse que sus habitantes lo han visto todo. Pero este pobre perro tenía un aspecto terrible.
El animal no solo está en los huesos, sino que tiene el cuerpo cubierto de tumores. En shock, la persona que lo rescata de la calle lo lleva a la activista de derechos de los animales, Dalia Gámez. Dalia adopta al perro, al que llama Boby, y decide cuidar de él. Entonces lleva a Boby a un hospital veterinario, donde lo examinan de "patas" a cabeza.
Según los veterinarios, Boby debe de tener alrededor de 2 años. Estos le prescriben quimioterapia. Debido a que el tratamiento es muy agresivo, Dalia espera que el carácter alegre de Boby lo ayude a salir adelante. Dalia lo acompaña durante todo el tratamiento y publica su historia en Internet.
Boby se somete a 8 sesiones de quimioterapia en 2 meses, algo tremendo para cualquier animal, y más para el desnutrido Boby. A diario Dalia se pregunta si su perrito saldrá adelante.
Pero Boby pronto le demuestra de qué pasta está hecho. Dalia está asombradísima con los progresos de Boby; sus heridas se curan rápidamente y un brillante pelo recubre sus cicatrices.
Pronto Boby está corriendo por las calles. Su increíble recuperación lo convierte en la sensación de la vecindad. Los vecinos de Dalia hacen cola para ver al increíble perro. La fama de Boby ayuda a Dalia en su siguiente objetivo: encontrarle una familia que lo quiera. Y eso no le lleva mucho tiempo.
Alegre pero triste a la vez, Dalia se despide de Boby tras dejarlo a cargo de su nueva familia. Los padres adoptivos de Boby están muy felices de poder darle un hogar a este valiente y bonito perrrito, y les encanta ver cómo se recupera. En plena forma, Boby disfruta al máximo de la vida. Solo una o dos cicatrices le recuerdan ese oscuro capítulo de su vida.
La transformación de Boby es la prueba de que todo ser vivo merece una oportunidad. Para la mayoría de los viandantes, Boby era un caso perdido. Pero gracias a buenas personas como Dalia, que no miran hacia otro lado, quizás la gente abra los ojos y deje de tratar a los perros callejeros como si fueran basura.
Aquí tienes un vídeo con la increíble transformación de Boby: