Hombre recibe una carta de una cápsula del tiempo de su difunta mujer

En 2014, el constructor John Murray y su equipo renovaron una casa en North Phoenix, Arizona (EEUU), algo que ya habían hecho miles de veces a lo largo de los años. Pero esta vez iba a ser diferente. Un tesoro inesperado les aguardaba tras las paredes de esta casa del rancho de los años 50.

Cuando los obreros estaban quitando el aislamiento viejo, un montón de papeles cayeron de una pared. Los hombres echaron un vistazo más de cerca a los papeles y fotografías y se dieron cuenta de que era ¡una cápsula del tiempo de 1960!

A veces la gente entierra o esconde (en este caso, entre las paredes) cartas, notas o fotografías con la intención de sacarlas a la luz algún tiempo más tarde. Es como un mensaje al futuro, a ti mismo o quizá a tus seres queridos, y es también una nueva oportunidad para escuchar de sí mismos en un pasado lejano.

"Hemos hecho cientos de casas, pero nunca encontramos nada como esto" explicó John. La cápsula fue creada en 1966 por Betty Klug. En aquel entonces ella tenía 33 años y nunca le contó a nadie sobre ello, ni siquiera a su marido Bruce.

De hecho, la cápsula iba a ser un regalo para Bruce: ella lo hizo en su cumpleaños, el 27 de septiembre de 1966, con la idea de desenterrarlo algún día, décadas después, y entregárselo. La carta que había escrito a mano era para él.

Pero Betty murió trágicamente en un accidente de coche en 1976. Bruce vendió la casa en los 80 y se fue de North Phoenix, y así la cápsula del tiempo estuvo escondida todos estos años, aparentemente perdida para siempre. Hasta que los trabajadores de la constructora dieron con ella.

Después de pensarlo detenidamente, John y su equipo decidieron intentar encontrar al verdadero propietario de esa carta tan personal y de las fotografías. Investigaron a fondo y, al final, consiguieron localizar a Bruce Klug, ahora de casi 80 años de edad y que vivía no muy lejos de Scottsdale, Arizona. John concertó una cita para conocerlo en persona.

Bruce no podía creerse lo que John colocó sobre la mesa enfrente de él cuando se sentaron en una cafetería. Sus manos temblaban al abrir el sobre. Un saludo del pasado y un trozo de historia.

"La Guerra de Vietnam continúa", leyó en la carta. "Situación racial muy grave. Los chicos llevan el pelo largo por la Beatlemanía."

"Tuvimos el matrimonio perfecto", recordó Bruce en una entrevista. "No discutimos ni una sola vez." Él se sentía tremendamente agradecido con John por tomarse todas las molestias para encontrarlo y llevarle este extraordinario regalo del pasado.

Esto nos enseña una valiosa lección, la de apreciar a aquellos a los que amamos ahora mientras los tenemos con nosotros. Y atesorar los gestos de amor que recibimos, ya sean de hace mucho tiempo o de este mismo instante. 

Es tan triste y hermoso al mismo tiempo... Ya que no siempre podemos contar con que nuestro mensaje llegue 50 años después, deberíamos asegurarnos de expresar nuestro amor a aquellos que nos importan... ¡hoy mismo!

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