Una enferma terminal tiene una última fiesta antes de suicidarse

Betsy Davis de California era una enferma terminal que hace poco se hizo conocida (captó la atención de los medios) cuando invitó a sus amigos y familia a una fiesta en la que se quitaría su propia vida.

Betty sufría la llamada enfermedad de Lou Gehrig, conocida como esclerosis lateral amiotrófica, que causa un grave deterioro del sistema nervioso. En los últimos tres años había perdido cada vez más el control sobre su cuerpo.

La mujer, de 41 años, escribió a sus amigos y familiares y les explicó el plan:

"Las circunstancias de esta fiesta son diferentes a las de todas las fiestas a las que habéis asistido antes, y requieren resistencia emocional y una mente abierta," escribió Betsy.

Desde junio de 2016, el suicidio asistido es legal en California para aquellos afectados por una enfermedad incurable y que tengan la mente lo suficientemente sana como para poder decidir sobre su futuro. Los médicos deben entonces entregar diversos informes y recibir la autorización para poder prescribir una receta de un fármaco que acaba con la vida del paciente cuando este lo desee. Los pacientes no pueden tener una esperanza de vida de más de seis meses. Betsy cumplía todos los requisitos legales.

La fiesta solo tenía una regla: Betsy pidió a los invitados que no lloraran delante de ella.

"Para mí y para todos los invitados fue muy difícil asistir a algo así, pero todos sabíamos que teníamos que estar con ella", dijo Niels Alpert, uno de sus amigos.

En una casa de campo en las colinas del sur de California, más de 30 invitados se reunieron con Betsy en su última celebración. Bebieron cócteles, cenaron pizza y vieron una de las películas favoritas de Betsy. Sus amigos tocaron música para ella.

Cuando el final de la fiesta se acercaba, Betsy dio un beso de despedida a cada uno de sus amigos. Después de que todos se fueran, tomó un dósis letal de morfina, pentobarbital e hidrato de cloral, muriendo en paz poco después.

Los invitados se pusieron de acuerdo para volver a reunirse el próximo junio para esparcir las cenizas de Betsy todos juntos.

Flickr/Maria Keays

Pienses lo que pienses sobre el suicidio asistido, esta mujer estuvo rodeada de la gente a la que amaba hasta el último momento, y murió sin dolor ni sufrimiento alguno. ¿No es esa la forma en la que nos gustaría a todos morir?

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