Unas trillizas sufren graves quemaduras pero ahora lucen increíbles
El 21 de septiembre de 1988 el destino de las trillizas monocigóticas Traf, Jordan y Chandra dio un giro de 180 grados. Las 3 bebés de Texas eran felices bebés cuyas vidas cambiarían ese día para siempre.
Las trillizas solo tenían 17 meses cuando, una noche, su casa fue arrasada por un incendio. Pero lo peor fue que esa noche su madre Patti perdió la vida en el fiero incendio.
Rodeado por las llamas, el padre intentó salvar a sus trillizas: estas aún dormían en sus cunitas cuando este rompió una ventana para alcanzarlas. Por entonces los bomberos aún no habían llegado.
La ambulancia llevó de inmediato a los bebés a Urgencias. Durante meses las trillizas tuvieron que permanecer en la UCI debido a las quemaduras de tercer grado que habían sufrido en un 30-45% de sus cuerpos. Los médicos temían por las vidas de las 3 dulces niñas.
Pese a que el incendio les había causado terribles daños, además de la tragedia de perder a su madre, las 3 pequeñas aún se tenían las unas a las otras. Y esto iba a ser crucial, puesto que pronto una nueva tragedia arrasaría sus vidas.
En 2002 su padre, quien las había salvado del incendio en su hogar, murió de una sobredosis. Las trillizas quedaron huérfanas y tuvieron que mudarse con su abuela.
Además, la piel de las niñas había quedado totalmente quemada. Por ello, las hermanas tuvieron que someterse a docenas de operaciones para poder curar su piel.
A medida que crecieron fueron dándose cuenta de que siempre tendrían un aspecto diferente al de los otros niños de la escuela. Por este motivo, siempre llevaban camisetas de manga larga y mucho maquillaje a la escuela. Así recibían menos insultos por parte de sus compañeros.
Durante toda su vida se sintieron avergonzadas por su aspecto. Con frecuencia las insultaban o miraban con descaro a causa de sus cicatrices.
Sin embargo, las chicas habían decidido no darse por vencidas. Un día, una de las tres hermanas, Chandra, oyó hablar de la doctora Jill Waibel, especializada en operar cicatrices de acné y quemaduras.
Las quemaduras de las hermanas eran tan graves que la doctora Waibel las operó de forma gratuita. Para Jordan este fue un regalo muy especial, ya que estaba planeando casarse pronto. Cuando se probó un vestido de novia después de las operaciones, no podía creerlo: "este es el tipo de vestido que nunca me hubiera puesto si aún tuviera las cicatrices", comenta.
Las tres hermanas se sienten ahora mucho más seguras de sí mismas y les gustaría animar a otras víctimas de quemaduras, y piensan que estas también podrían beneficiarse de este tipo de operaciones.
Y, de hecho, desde 2009, 50.000 personas se han sometido a este tipo de tratamiento, con resultados maravillosos.
Las caras de estas chicas han dado ánimos a personas de todo el mundo; muchas ya no tienen miedo a salir de casa. Comparte la dramática historia de estas valientes mujeres con todos tus conocidos.