Un niño que nació "deformado" ahora sonríe como el que más
Cuando Zak Jacob nació en Chipre, la vida de la madre se paralizó por un momento. Joanne Coates nunca imaginó que las cosas salieran de este modo. Zak debería haber nacido 14 semanas más tarde. Sin embargo, entonces estaba en una incubadora, y su cuerpecito no tenía suficiente fuerza para respirar por sí solo. Además, su carita estaba desfigurada.
El recién nacido pesó 700 gramos y sufría un caso grave de labio leporino y paladar hendido. Para ser más concretos, Zack no tenía mejilla, orificio nasal, labio ni la parte inferior del ojo derecho. El estado en el que nace es terrible.
Los médicos dicen que, debido a la deformidad facial que sufre, nunca podrá llevar una vida normal; en el caso de que sobreviva. 2 semanas después, el estado de salud del pequeño es estable y Joanne se lo lleva a su casa de Manchester. En el hospital le informan de otros problemas médicos que su hijo padecerá, incluyendo hemorragia cerebral y problemas cardíacos. Los 4 meses siguientes son una lucha constante. ¡Pero Zack es un luchador!
Este caso de labio leporino y paladar hendido es el más grave que han visto los doctores de Manchester. Debido al pésimo tratamiento que se le dio en Chipre, Zak está ahora ciego de un ojo. Pero, gracias a numerosas y extremadamente complicadas operaciones durante 9 años, su cara ha sido completamente reconstruida. Ahora puede comer, hablar y, lo más importante de todo, ¡reír!
Y es que esta es el arma secreta de Zak: ¡su contagiosa alegría! "Una niña pequeña lo llamó una vez monstruo y él comenzó a actuar como uno para asustarla más", relata Joanne. "La gente lo señala y se queda mirándolo con frecuencia, pero esto no le molesta. Únicamente se les acerca y les dice: "tengo un labio leporino y paladar hendido, ¿por qué me miras?"
Pero, en muchas ocasiones, Zak (que ahora tiene 9 años) se cansa de las provocaciones y de tener que explicarse. En estos momentos tiene la mejor respuesta de todas: ¡su sonrisa!
Con su carácter abierto y alegre, Zak se ha ganado muchos amigos en la escuela y, para Joanne, es el hijo perfecto. ¡Todo un ejemplo de superación!