Imágenes muy fuertes: bebé sobrevive a un raro defecto de nacimiento
Atención: este artículo contiene imágenes que podrían afectar la sensibilidad de algunos lectores.
Holly Hodgson estaba embarazada y se encontraba preparando la bienvenida de su bebé y de todas las alegrías que le tenía preparada su maternidad. Pero cuando pasó por un examen de rutina en la semana 12 del embarazo, el ultrasonido mostró algo impactante: el feto tenía una enfermedad congénita llamada gastrosquisis.
Esta rara alteración del desarrollo gestacional provoca que los órganos del bebé crezcan fuera de su cuerpo. Por lo general, se trata de una masa de órganos colgando de una abertura abdominal. Es una terrible enfermedad que no le desearías a nadie, mucho menos a una joven mujer que espera a su primer bebé.
El doctor que la atendía había visto casos similares durante su carrera profesional. Con mucho tacto le sugirió a la joven que interrumpiera su embarazo para evitarle al niño una breve y dolorosa existencia.
Holly y su esposo investigaron sobre la enfermedad y buscaron una segunda opinión. Averiguaron que entre el 90 y el 95% de los bebés afectados sobreviven al parto y, de todos ellos, un 10% contrae una infección o sufre complicaciones que pueden empeorar o incluso ser mortales.
La pareja decidió tomar el riesgo y rechazó la sugerencia de su médico. Siete meses más tarde nació Teddy. Como ya lo había mostrado el ultrasonido, sus vísceras estaban fuera del abdomen de su pequeño cuerpo.
Los doctores se pusieron manos a la obra enseguida. Lo envolvieron en una tela de plástico especial para estabilizarlo. Dos semanas más tarde, el resto de sus órganos se habían desarrollado lo suficiente y los médicos pudieron insertarle los intestinos en el abdomen mediante un orificio.
Después de solo ocho semanas, Holly y Steve pudieron llevarse a Teddy a casa.
Holly todavía está enfadada con el doctor que le dio esa recomendación tan pesimista. Pero la alegría de saludable hijo de ojos brillantes ojos pesan más que su rabia. "Es un niño tan feliz. Le encanta hacer caras y hablar con la gente. Siempre sonríe y le hace mimos a personas que incluso no conoce, es muy tierno".
Qué suerte que los padres no se desanimaron tan fácilmente; en cambio, buscaron una segunda opinión y contaron con un excelente equipo de cirujanos para tratar la enfermedad. ¡El pequeño Teddy es todo un encanto!