Un hombre descubre que tiene cáncer gracias al ataque de un tiburón
La familia Finney iba a pasar supuestamente un día divertido de playa en Hungtinton Beach, California. Eugene, el padre, y su novia pasan el día en la playa con sus hijos Temple (10) y Turner (6).
Eugene Finney credits shark attack for saving his life after doctors… http://t.co/QlHm1svhIf #InfoNdoroTweet pic.twitter.com/wi4F2xtmnK
— PAKDE Sosmed® (@totosmongi) 9 de octubre de 2015
Eugene decide nadar un rato en el mar. De repente lo golpea una ola gigante, que lo hunde bajo el mar. Eugene intenta salir a la superficie, pero de repente siente un doloroso golpe y picazón en la espalda."Nunca he recibido un golpe tan fuerte. Fue algo que vino de la nada, un tremendo latigazo" recuerda este padre. Poco después se tambalea en la orilla.
Cuando su hija pequeña le ve la espalda, le pregunta aterrorizada: "Papi, ¿por qué tienes la espalda llena de sangre?" Entonces Eugene se da cuenta de lo que ha pasado: ¡fue un tiburón! Tiene señales de dientes en el hombro y una gran herida en la espalda. Los tiburones son frecuentes en esta playa, y a menudo se han avistado grandes tiburones blancos. Eugene siente un alivio infinito al darse cuenta de que escapó con unos solos "rasguños".
Eugene vuelve a su trabajo en el Museo de Arte de Fitchburg, en Massachusetts. Las heridas comienzan a curarse pero Eugene empieza a sentir un dolor extraño en la espalda, que comienza a extenderse al pecho. Tiene problemas para dormir, así que decide ir al médico, quien le da un increíble diagnóstico.
Eugene acude al médico por temor a que el tiburón le haya causado graves daños. Y resulta que tiene razón: los médicos descubren un enorme moratón bajo la piel del hombre, pero también encuentran algo terrorífico: ¡cáncer! Eugene tiene un tumor en el hígado. Este hombre de 39 años, activo y deportista, no puede creerlo.
El tumor ya tiene el tamaño de una nuez, por lo que es operable. El tumor es extirpado y Eugene no necesita ni quimioterapia. ¡Y todo gracias al ataque de un tiburón! De no haber sucedido, este hombre de 39 años nunca hubiera ido al médico.
Si quieres ver un vídeo de la historia (en inglés), aquí tienes uno:
Eugene no puede creer la suerte que ha tenido. "Es como si me hubieran dado una segunda oportunidad en la vida. No la voy a desperdiciar", dice. Si esta poco común forma de ayuda te ha parecido tan espectacular como a mí, comparte este artículo con todos tus conocidos. El destino puede ser a veces muy bondadoso.