Sirio pierde a sus bebés de 9 meses por un ataque con armas químicas

¿Existe en la faz de la Tierra algo más estúpido, egoísta, cruel e injusto que una guerra? ¿Cuántas vidas han de ser destruidas hasta que alguien con sentido común decida que nada merece tanto sufrimiento? Desde que la guerra estalló en Siria allá por el año 2011, han llegado a nuestras retinas sucesiones de imágenes realmente escalofriantes. Hemos visto al ser humano cometiendo los más terribles actos y también lo hemos visto aferrándose a la vida con todas sus fuerzas.

Pero las imágenes que nos llegaron hace unos días se han clavado en nuestro corazón y lo han vuelto un poco más negro. El pasado martes 4 de abril la localidad de Khan Sheikhoun, al noroeste de Siria, se despertó alarmada. No eran las bombas las que amenazaban las vidas de los habitantes de la ciudad, sino unas supuestas armas químicas. El infierno se desató en el momento en el que a alguien se le ocurrió dar la orden de ataque; decenas de personas murieron, entre ellas muchos niños, y cientos están heridas. 

Niños como las dos bebés mellizas de Abu Allaa, de 9 meses. El hombre de 29 años no solo perdió a sus dos hijas, sino también a su esposa, sus dos hermanos, dos sobrinos y una sobrina. 

"Estaba con ellos y los saqué de la casa junto con su madre. Estaban conscientes al principio, pero 10 minutos después percibimos el [...] No pude salvar a nadie. Están todos muertos", contó Abu Allaa al periódico español El País. 

En las desgarradoras imágenes se ve cómo el hombre sostiene impotente los cuerpos sin vida de sus dos hijas. Una vez se subió a su auto, acarició sus cabezas e intentó contener las lágrimas. Entonces, se despidió de ellas: "Di adiós, bebé, di adiós". 

Este ha sido el ataque más mortífero de los últimos tiempos en una guerra que parece no tener final. Nos encontramos ante un crimen de guerra, del que nadie se ha declarado responsable. Viendo estas imágenes, podemos sentir el sufrimiento de Abu Allaa, un sufrimiento real que afecta a miles de personas de las que no nos llegan fotografías o vídeos. Pero que no los veamos, no significa que no existan. ¡Que termina la guerra ya!