Padre alerta sobre las etiquetas de alimentos por una mala experiencia

Ver cómo tu hijo se ahoga tiene que ser una de las peores cosas que le puede pasar a un padre. Ha de ser terrible ver cómo su pequeño rostro se contrae de pánico y cómo, desesperado y con los labios morados, lucha por respirar.  

Justin Morrice, padre de Annabelle, de 10 meses, de Saskatchewan, Canadá, publicó en Facebook un post sobre su traumática experiencia con el fin de alertar a otros padres:  

"¡¡UN SIMPLE RECORDATORIO!!....

Aquí sentado, aún temblando, escribo este post para que sirva como recordatorio a TODOS los padres de niños pequeños... por favor, leed siempre las etiquetas de la comida que les dais.

Acababa de terminar de darle de comer a mi hija y le puse unos snacks de estos de queso en su sillita para comer; era su postre. Pues fue cosa de 10 segundos, los que tardé en enjuagarle el bol en el fregadero: al volverme, la vi luchando por respirar. Intentaba llorar pero no salía sonido alguno de su garganta. La tomé en brazos rápidamente, le di la vuelta y le di golpecitos en la espalda (como nos enseñaron) por lo que me pareció una eternidad, y aún no oía ningún sonido.  Le di la vuelta y vi que los labios se le habían puesto morados; aún intentaba llorar. Otra vez la puse boca abajo y le di golpecitos en la espalda, pero cuando le di la vuelta aún tenía los labios morados. Fue entonces cuando pensé que mi pequeña iba a morir en mis brazos... Me entró el pánico e hice lo único que se me ocurrió hacer...le metí los dedos en la boca y pude apretar el trozo de queso de la garganta; entonces oí el sonido más bonito del mundo: su llanto. 

Le volví a dar la vuelta, le di unos golpes en la espalda y con la fuerza de su llanto, pude sacarle con los dedos el trozo de snack. Fue el minuto más largo y aterrador de mi vida. Entonces llamé a mi madre para que nos calmara a mí y a Annabelle. 

Estaba confundido, porque hace unos días había comido los mismos snacks sin ningún problema. Tras mirar con detenimiento el bote, mi madre encontró una "advertencia" en letras minúsculas, donde decía que se tirara el contenido 5 días después de abrirlo. Cuando abrí un nuevo bote, no pude creer la diferencia. Los del bote abierto solo podría describirlos como tapones de cera para los oídos: podía estrujarlos, pero luego volvían a recuperar su forma y no se rompían. Los del bote nuevo se rompían con facilidad.

Este post no tiene el propósito de dañar a Gerber de ninguna forma. Muchos productos contienen etiquetas con advertencias, pero uno se vuelve un padre "perezoso" y no lo lee todo.

He incluido fotos del producto y de la etiqueta con la advertencia, así como de mi hija durmiendo tras la horrible experiencia. De nuevo, esta es una advertencia para todos los padres...¡leed las etiquetas!"

Este post se ha compartido más de 60.000 veces. Aunque este papá tuvo suerte y pudo sacar el trozo de comida de la garganta de su hija, es importante tener en cuenta que meter la mano en la garganta o boca de un niño no es recomendable. Y es que esto puede mover el objeto que haya provocado la obstrucción más hacia el fondo, o provocar hinchazón. La Cruz Roja estadounidense ofrece asistencia online y en persona sobre cómo ayudar a un niño en caso de asfixia.  

Es el deber de todo padre estar informado sobre dichas maniobras. Esto puede ser estresante, pero es mucho mejor estar preparado por si surge una emergencia como esta. Por suerte para Annabelle y su padre, la cosa no pasó a mayores. En la vida hay que estar bien informados para poder ayudar a nuestros seres queridos. 

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