A pesar de los pronósticos, las siamesas nacieron sorprendiendo a los médicos

Cuando Angela Formosa, de 36 años, se enteró en la quinta semana de embarazo que estaba esperando mellizas, tanto ella como su esposo saltaron de alegría. Pero 11 semanas más tarde, esta chica de Inglaterra tuvo que tomar una decisión de vida o muerte.

Durante un ultrasonido rutinario en la semana 16 del embarazo, uno de los médicos descubrió que las dos niñas estaban creciendo unidas; las bebés compartían una parte de sus intestinos. "Me preguntaron tres veces si quería escoger a una de ellas: 'No sabemos cuál será el desenlace. Muchas personas elegirían quedarse con uno de los bebés'. Pero yo tenía claro que no iba a hacer eso", recuerda Angela. La mujer eligió aferrarse a la esperanza; la esperanza que le decía que sus bebés serían fuertes y lucharían por sobrevivir. 

El 26 de julio de 2012, en la semana 34 de gestación, las dos niñas, Ruby y Rosie, llegaron al mundo por medio de una cesárea. Las dos estaban vivas, pero un día después de su nacimiento, tuvieron que ser sometidas a una operación de emergencia, ya que la parte de intestino que compartían estaba bloqueada, lo que representaba una amenaza mortal para las niñas. 

Y... después de cinco horas de cirugía, ¡15 médicos lograron separarlas con éxito! Los padres de las pequeñas Ruby y Rosie podían respirar tranquilos, sus bebés iban a estar perfectamente bien. Esa esperanza a la que se aferró Ángela había ganado la batalla. 

Los padres estaban que no cabían de alegría. No podían creer lo afortunados que eran. Tres semanas después de la riesgosa operación, Ruby y Rosie estuvieron listas para dejar el hospital. 

Actualmente, las meliizas tienen cinco años y acuden al mismo colegio que su hermana mayor, Lily. Les encantan las manualidades y son fans de los personajes de Tinker Bell. Y aunque ya no están unidas físicamente, siguen siendo inseparables. Y estamos seguros de que siempre serán así. 

Créditos:

Daily Mail

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