Madre pone en peligro su vida para salvar a sus hijos del fuego

Cuando los bomberos llegaron a la casa en llamas, se encontraron con una escena devastadora: dos niños ilesos, y un poco más lejos, su madre, inconsciente, junto a otra niña, gravemente herida. Nadie se explicaba cómo había ocurrido.

Eran las 2 de la madrugada del 29 de octubre en Newman Lake, Washington (EE.UU.). La familia Fiorini dormía plácidamente, ajena a lo que iba a ocurrir momentos después. De pronto, Angel, la madre de 29 años, se despertó súbitamente con una tos muy fuerte y vio, alarmada, que su casa estaba envuelta en llamas. Antes de que el pánico la apresara, Angel reaccionó sin dudar: se levantó rápidamente y tomó a sus dos hijos más pequeños, Vinny, de 3 años, y Rosalie, de 18 meses, y los puso a salvo fuera de la casa. Sin embargo, la pequeña Gianna, de 7 años, aún estaba dentro. Angel se apresuró a rescatarla, pero los dos niños comenzaron a seguirla.

Angel no lo dudó dos veces: para evitar que sus hijos volvieran a la casa, se metió ella dentro y cerró la puerta, encerrándose a sí misma en el interior. A continuación, fue a buscar a Gianna. Pero cuando madre e hija intentaron salir al exterior, se dieron cuenta de la terrible realidad: las llamas estaban por todas partes y el humo anegaba la estancia. No había forma de encontrar la salida. Fue en ese momento cuando Angel tomó una decisión: lo más importante era la vida de sus hijos. Así que, para evitar que Gianna sufriera graves daños, la madre protegió a su hija de las llamas con su propio cuerpo como escudo.

Por suerte, un peatón vio el fuego y acudió al rescate. Sacó a Angel, que estaba inconsciente, y a Gianna de la casa y las reunió con los otros dos niños que esperaban fuera, aterrorizados. Cuando llegaron los bomberos, que habían sido alertados por un vecino, apagaron el fuego y llevaron a la familia al hospital. El padre acudió inmediatamente en cuanto supo lo sucedido. 

Vinny y Rosalie fueron dados de alta poco después, pero Angel y Gianna no tuvieron tanta suerte. Ambas tenían graves quemaduras en su cuerpo, en especial Angel, con casi la mitad de su cuerpo con quemaduras de segundo y tercer grado. La pequeña de 8 años fue dada de alta a finales de noviembre, y finalmente, hace escasos días, la heroína de esta historia fue dada de alta. Le confesó a sus hijos que hizo lo que hizo porque estaba dispuesta a morir por ellos.

Aún le queda un largo proceso de recuperación, pero eso no les asusta. Los vecinos han creado una campaña de GoFundMe para ayudarlos a recuperar su vida y darles su apoyo a esta familia que lo ha perdido todo.

Sin el coraje y el amor de esta madre, esta familia no sólo habría perdido una casa, sino a todos sus miembros también. Esto es una prueba más de que no hay poder más fuerte que el amor de una madre. Esperemos que Angel se recupere pronto y les deseamos lo mejor a ella y a su familia. Aunque no hay duda de que, con una madre así, no hay nada que temer.

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