A una década de su intento de suicidio, recibe un transplante de cara

Advertencia: este artículo contiene imágenes que podrían perturbar a algunos lectores.

Nunca se conocieron en persona, pero Andy Sandness y Calen Ross tienen algo en común, para bien y para mal. Sus destinos se entrelazaron de una forma extraordinaria. Ambos amaban la naturaleza, los perros, la pesca y la cacería. Y ambos hombres luchaban contra sus demonios. 

YouTube/Associated Press

Andy, en la foto de arriba, y Calen padecían depresión y desde muy jóvenes querían quitarse la vida. A pesar de que Calen y su esposa, Lilly, estaban esperando a su primer hijo, él se suicidó el año pasado de un tiro. 

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Andy también decidió acabar con su vida, pero su intento de suicidio dio un giro inesperado. Unos días antes de la Navidad de 2006, el chico de 32 años se disparó con un arma de fuego, pero sobrevivió.

Solo que se destrozó la mitad de la cara.

Perdió la nariz y casi toda la mandíbula. Después de ocho cirugías reconstructivas, Andy se recuperó lo suficiente para poder dejar el hospital. Le cubrieron el orificio donde antes había estado su nariz con una prótesis que no se le ajustaba nada bien. En lugar de boca, tenía un agujero de unos 2.5 centímetros. 

Debido a su apariencia, Andy evitaba salir a la calle. Sobre todo, le rehuía a los niños, ya que no quería asustarlos, o ser blanco de sus burlas. Así que se refugió en la profunda soledad de la naturaleza. 

Por ese tiempo, Calen consiguió terminar con su vida, justo una década después de que Andy lo intentara. Y entonces, curiosamente, surgió una nueva esperanza. Calen era donante de órganos y Andy estaba esperando un trasplante de cara. Con el permiso de Lilly, Andy solicitó que le hicieran la operación.

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Se sometió a una cirugía de alta complejidad, la cual duró 56 horas y requirió todo un equipo de médicos. Andy recibió toda la parte inferior de la cabeza de Calen.

El trasplante incluyó la nariz, los pómulos, toda la mandíbula, el mentón, los labios, las mejillas e incluso los dientes. Además, tuvieron que conectar un cúmulo de músculos y los nervios para que el cuerpo de Andy no rechazara las nuevas incorporaciones. 

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Tres semanas después de la operación, Andy se vio al espejo por primera vez. Pese a que la inflamación no se había disipado completamente, su conclusión no dejó lugar a dudas: "La operación superó mis expectativas".

Ha pasado varios meses recibiendo terapia física y un tratamiento de logopedia, además tiene que tomar medicamentos por el resto de su vida, para que su cuerpo no rechace el trasplante.

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Mientras tanto, la familia de Calen sigue en contacto con Andy para compartirle las experiencias de Calen. Andy estaba muy conmovido cuando se enteró de que también le encantaban las actividades al aire libre, y empezó a sentir que de algún modo, a través de sus pasatiempos, una parte de Calen también seguía disfrutándolos. 

Lilly, la viuda de Calen también ha experimentado un gran alivio, ya que ahora puede mostrarle a su hijo que la muerte de su padre generó algo muy positivo. 

El resultado ocho meses después del procedimiento es indiscutiblemente extraordinario.

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Toda la asombrosa historia de Andy fue documentada en este reportaje (en inglés):

La conexión de Andy y Cale no solo se refiere a las magníficos avances de la medicina moderna, además revela cómo dos tragedias tan similares dieron lugar a un inesperado desenlace: esperanza y sanación. 

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