La casa de muñecas del terror: ruso vive con 29 cuerpos momificados

Advertencia: este artículo contiene imágenes que podrían perturbar a algunos lectores.

En noviembre de 2011, la policía registró la casa del ruso Anatoly Moskvin. Era un académico muy conocido, además de escritor y experto en historia de cementerios. Al principio, la policía solo quería charlar con Anatoly para pedirle asesoría sobre un caso en el que estaban trabajando, pero cuando echaron un vistazo al apartamento, empezaron a sospechar de él. 

Una investigación posterior desveló algunos de los crímenes más perturbadores y retorcidos de la historia de Rusia.

El hombre de 45 años vivía en un pequeño apartamento, cuyas paredes estaban cubiertas de estanterías llenas de libros, ropa de colores para niños y juguetes. Fueron los objetos infantiles los que despertaron las sospechas de la policía. ¿Por qué un hombre sin hijos tiene estas cosas en casa?

La policía encontró en una de las habitaciones varias muñecas de tamaño natural, cuidadosamente vestidas, sobre el sofá, las sillas y el suelo. 

Tanto el olor como la extraña apariencia de las muñecas aumentaron la curiosidad de la policía. Cuando las examinaron de cerca, descubrieron algo escalofriante.

Resultó que no eran muñecas ni nada parecido, ¡sino cuerpos momificados! Anatoly fue arrestado inmediatamente y todo el país se enteró de su espantoso secreto. 

Durante más de 10 años, Anatoly había visitado los cementerios en medio de la noche para excavar las tumbas de los cuerpos de mujeres y niñas enterrados recientemente. Se los había llevado a casa y los había momificado, y cuando el embalsamamiento no funcionaba, los regresaba a sus tumbas. 

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Anatoly colaboró con las autoridades y confesó haber exhumado más de 150 cadáveres. De esos, había conservado los 29 que había logrado momificar con mayor éxito. Embalsamaba los cuerpos frotándoles sal y bicarbonato de sodio. Una vez que estaban secos, los rellenaba de trapos.

Anatoly se hizo famoso bajo el sobrenombre de "el Fabricante de Muñecas" (The Doll Maker), y los escalofriantes detalles de su terrible pasatiempo salieron a la luz. Había hecho máscaras de cera para las momias y les había dibujado la cara con esmalte de uñas. Las vestía para tomar té o celebrar sus fiestas de cumpleaños. Incluso instaló ciertos mecanismos en algunas de sus "muñecas" para hacerlas hablar, ya que quería que parecieran más realistas. Pero Anatoly insistió en que nunca había tenido ningún tipo de contacto sexual con sus "chicas", sino que simplemente había tratado de darles el regalo de la vida eterna.

Antes de que la policía empezara a identificar los cuerpos, recibieron la llamada de Natalia Chardymova. Esta mujer había visto las escenas del apartamento de Anatoly en el telediario nocturno y había reconocido a una de las momias: se trataba de Olga, su hija de 10 años, quien había muerto un año antes. 

Durante la investigación, le pidieron a Anatoly que explicara su macabra fascinación por las momias. Entonces contó que a los 13 años había perdido a una amiga muy querida, Natalia, de 11 años de edad. Había asistido a su funeral y lo habían obligado a darle un beso de despedida. Fue una experiencia que afectó su psique profundamente.

Los crímenes de Anatoly indignaron a todo el país, y las familias de las víctimas quedaron emocionalmente devastadas después de enterrar a sus seres queridos por segunda vez. Por otro lado, los fiscales decidieron no hacer ninguna acusación contra Anatoly, ya que fue declarado no apto para enfrentar un juicio debido a que padecía esquizofrenia paranoide. En cambio, tuvo que ingresar en un instituto psiquiátrico donde permanece hasta la fecha. 

El caso del Fabricante de Muñecas impresionó al mundo entero. La historia parece sacada de una película de terror, pero es real y muestra el lado oscuro de la humanidad. Por suerte, la mayoría de nosotros nunca ha vivido nada parecido. Por lo menos, las víctimas de Anatoly ya han tenido una segunda oportunidad para descansar en paz. 

Créditos:

5-tv.rumk.ru

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