Un hombre con una severa discapacidad encuentra al amor de su vida

Cuando Gregori Prutow nació, sus padres se volvieron locos de alegría. Su segundo hijo era un bebé grande y hermoso, y venía a agregar aun más felicidad a esta familia de Vladivostok, Rusia. A pesar de despertar algunas noches con dolores de espalda, el pequeño Gregori parecía ser un niño perfectamente saludable.

Pero muy pronto, la situación cambió drásticamente. Cuando los padres de Gregori lo llevaron al médico, recibieron un duro golpe: según el diagnóstico del doctor, Gregori padecía una atrofia muscular, y la enfermedad estaba provocando el desgaste de los músculos que están alrededor de la columna vertebral. El pronóstico era aterrador: en poco tiempo, el niño necesitaría cuidados permanentes y probablemente solo viviría otros cuatro o cinco años más. 

Los padres de Gregori, sin embargo, no estaban dispuestos a aceptar su destino. Así que se propusieron hacer todo lo posible para mantenerlo con vida, por lo que pasaron años buscando los mejores tratamientos. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, parecía haber muy pocas esperanzas. Gregori dejó de crecer, sus músculos se debilitaron y al poco tiempo le fue imposible caminar. 

Con el transcurso de los años, se demostró que el diagnóstico original había estado equivocado, ya que Gregori seguía vivo. Cumplió 10 años, después 15 y, finalmente, fue capaz de celebrar su 20º cumpleaños, aunque para entonces solo pesaba 20 kilos. Pero la vida de Gregori no era fácil. Pasaba todo el tiempo en casa sin poderse mover. El Internet era su única conexión con el mundo exterior.

Gregori se sentía solo, pero prefería permanecer en casa, ya que las veces que se aventuró a salir a la calle, se encontró con miradas de asco y desprecio. Su hogar era el único lugar seguro donde podía llevar una vida más o menos normal. Gregori estaba contento, pero sentía que le hacía falta algo muy importante: una mujer con quien compartir su vida. 

Un día, Gregori decidió expresar su soledad y frustración al publicar este mensaje en Internet: "Me duele pensar en todas esas cosas que nunca he podido tener... No puedo disfrutar de toda la belleza del mundo. No puedo nadar en un río ni en el océano. No puedo correr sobre la hierba sin sentir dolor. No puedo ayudar a mis amigos a cargar cosas.

No puedo cuidar a la gente que amo. No los puedo hacer felices... Y nunca sabré lo que se siente ser amado, qué se siente cuando le gustas a alguien, cuando alguien está celoso u orgulloso de presentarte. Nunca sabré qué se siente abrazar a alguien a quien amo, protegerla, bailar con ella, darle flores o hacerle un regalo. 

Nunca seré capaz de criar a un hijo o a una hija. Nunca estaré en la sala de maternidad con un ramo de flores y gritar '¡te amo!'. Nunca tendré una boda hermosa ni podré cargar a mi novia por el umbral".

El joven no tenía ni idea de que su vida cambiaría drásticamente dos meses después. Todo empezó con una inocente conversación por Internet con una chica de Kazajistán llamada Anna. Los dos tenían algo en común: eran unos románticos empedernidos que amaban el arte y la literatura. Gregori notó muy pronto que sentía algo muy fuerte por Anna, y parecía que ella le correspondía. Pero Gregori no se atrevía a alimentar sus esperanzas de que la relación pudiera convertirse en algo serio. 

El chico pasó semanas debatiendo consigo mismo si debía revelarle sus sentimientos a Anna, lo que también significaría confesarle la verdad acerca de su salud. Finalmente, el joven se armó de valor para declararle su amor y enviarle una foto suya. Más tarde, recibió la sorprendente respuesta de Anna: ¡quería visitarlo! Poco tiempo después, hizo un viaje de 3.000 kilómetros a Vladivostok.

Después las cosas se desarrollaron de una forma aún más asombrosa: Gregori y Anna se enamoraron y decidieron casarse. Querían una ceremonia pequeña y modesta, pero cuando los medios se apropiaron de la historia, la pareja causó sensación en todo el país. La mayoría de la gente no podía entender por qué esa chica joven y guapa quería casarse con Gregori, ¡ni siquiera era rico! Muchos pensaron que simplemente estaba un poco loca.

Pero Anna y Gregori estaban enamorados y no sentían la necesidad de justificarse ante el resto del mundo. Su valor impresionó a miles de personas que mostraron su admiración a la joven pareja por ser fieles a sus sentimientos y no dejar que la presión social fuera un obstáculo para su amor. 

Anna y Gregori han inspirado a gente de todo el mundo con sus maravillosas fotos y sus divertidos vídeos, que incluyen una gran dosis de autoironía. Es obvio que han encontrado el amor verdadero y no les da ningún temor mostrarlo con toda tranquilidad. ¡A uno solo le resta desearles una vida larga y feliz juntos!

Créditos:

nnd.name

Comentarios

Más de Nolocreo