Bebé prematuro vive dos horas y muere en los brazos de su madre

Un bebé, su propia familia, una oportunidad de compartir el amor que guardaba en su corazón: estas son las cosas que Alyssa Young de Winchester, Kentucky, había soñado desde que se enamoró de su marido, Justin, cuando todavía eran unos adolescentes. Ellos habían mantenido una relación por seis años y ahora querían dar el siguiente paso y tener un hijo juntos.

Cuando Alyssa descubrió que estaba embarazada, la pareja se alegró muchísimo, pero también sabían que estaban corriendo un riesgo muy grande. Alyssa padece parálisis cerebral y diabetes tipo 2; ambas enfermedades pueden causar complicaciones graves durante el embarazo. Sin embargo, decidieron asumir los riesgos, y Alyssa hizo todo lo posible para que el bebé en gestación permaneciera lo más sano posible. Un ultrasonido reveló que su bebé era niña, y ellos decidieron llamarla Scarlett. Al sexto día de la semana decimonovena de embarazo, Alyssa acudió a una revisión de rutina y todo parecía ir bien con Scarlett. Tenía el peso adecuado para un bebé en esa etapa de su desarrollo, y los médicos no detectaron ningún tipo de alteración. Pero solo unos días después, en la vigésima semana, Alyssa empezó a sentir de repente un fuerte dolor abdominal. 

El dolor se volvió tan intenso que Alyssa no pudo soportarlo más. Llamó a una ambulancia para que la llevara al hospital, donde le confirmaron que estaba sufriendo contracciones prematuras. El cuerpo de Alyssa estaba tratando de iniciar el parto demasiado pronto. Si esto pasaba, podría significar la muerte para Scarlett. Una ecografía mostró que Scarlett estaba bien y que no había razón alguna para que Alyssa terminara el embarazo. Pero su cuerpo parecía no entenderlo. Los médicos le dieron magnesio a Alyssa para tratar de salvar la vida de Scarlett, pero nada surtió efecto. Y en el quinto día de la vigésima semana del embarazo, Alyssa dio a luz a su pequeña hija. 

Sus padres sabían que Scarlett no sobreviviría por mucho tiempo. Era demasiado pequeña y débil. El bebé más prematuro de la historia había nacido con 22 semanas, dos semanas completas después que Scarlett. Justin y Alyssa llamaron a sus familiares para que vinieran al hospital a conocer a su hija. También era su oportunidad para despedirse. Los padres de Scarlett tomaron su minúscula mano y rezaron para que ocurriera un milagro, pero en el fondo sabían que solo les quedaba decir adiós. Pero, al menos, pudieron compartir un poco de tiempo con su hija, incluso si solo fueron dos cortas horas.

Alyssa y Justin tuvieron la dicha de tener a su bebita en brazos, pero finalmente, también tuvieron que presenciar su última exhalación. Fue una experiencia llena de alegría y alivio y, al mismo tiempo, de un gran dolor. La vida de Scarlett fue muy breve, pero estuvo llena de amor. Ahora Alyssa quiere animar a otras mujeres a hablar acerca de sus bebés fallecidos y de sus prematuros con la esperanza de compartir sus experiencias y ayudarlas a sobrellevar el dolor emocional. Por esta razón, no dudó un instante en publicar en Facebook esta foto con su pequeña Scarlett. Alyssa y Justin han mostrado una gran fortaleza y valor durante esos momentos tan difíciles; además, se están apoyando el uno al otro. Y gracias a su actitud positiva, el recuerdo de la pequeña Scarlett perdurará como un símbolo de valentía para otras familias que estén pasando por la misma pena.  

Créditos:

littlethings.com

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