Congeló su esperma y 23 años después puede ser padre
Probablemente lo último de lo que quiere hablar un adolescente de 15 años con su madrastra es de su semen. Sin embargo, Alex Powell, un australiano de Melbourne que hoy tiene 38 años, le está sumamente agradecido por lo que le animó a hacer hace 23 años. Y es que, si no, nunca hubiera podido ser padre.
A la edad de 15, Alex tenía otras preocupaciones que las del resto de adolescentes. Por entonces le habían detectado cáncer, algo que naturalmente puso patas arriba su vida y la de su familia. Los médicos le recomendaron que comenzara la quimioterapia cuanto antes, pero su madrastra, pese a las terribles circunstancias, pensó en el futuro de Alex.
La preocupación de Patricia Powell era: ¿y si en el futuro Alex quiere tener sus propios hijos? Uno de los efectos secundarios poco conocidos de la quimioterapia es el alto riesgo de quedarse estéril. Así que hace lo posible para convencerlo de que vaya al banco de esperma y congele su semen.
Entonces llega el diagnóstico: linfoma de Hodgkin, un cáncer del sistema linfático. La quimioterapia finalmente hace efecto y el chico sobrevive. Sin embargo, el tratamiento lo deja estéril. Por supuesto, en ese momento, el chico no piensa en no poder tener hijos y pronto se olvida de que congeló su material genético.
Pero en 2013, Alex se casa con su novia Vi y los dos quieren formar una familia. Es entonces cuando Alex recuerda la embarazosa conversación que mantuvo con la mujer de su padre hace 20 años. Su único deseo es que su esperma sea aún fértil. La pareja de recién casados intenta durante todo un año concebir un hijo con el esperma de Alex de hace 23 años.
Y finalmente sucede: Vi se queda embarazada y en junio de 2015 nace el pequeño Xavier, tras un parto sin complicaciones. El pequeño ha batido incluso récords: gracias al esperma de hace 23 años de su padre, es el bebé nacido del esperma más viejo del mundo. Los padres de Xavier están contentísimos y muy agradecidos a la madrastra de Alex, sin la cual esto no hubiera sido posible.
¿Quién hubiera pensado en los años 90 que un esperma congelado sería aún fértil 23 años después? Comparte la fascinante historia del pequeño Xavier con todos tus amigos.