Adolescente española supera el acoso por su enfermedad cutánea

Alba Parejo nació en 2001 en Barcelona, con una enfermedad congénita de la piel denominada nevus melanocítico congénito, que hace que le salgan manchas de nacimiento y lunares por toda la piel. Las manchas son marrones, y cubren tanto zonas grandes como más pequeñas de la piel.

A los 5 años Alba ya se había sometido a 30 operaciones para "corregir" algunas manchas, pero las intervenciones fueron dolorosas y le dejaron cicatrices. Como tiene más de 500 manchas, era imposible, por no decir insoportable, quitarlas todas. 

A medida que crecía, sus compañeros solían insultarla, acosarla y ponerle apodos para hacerla sentir inferior. Algunos se reían de ella, otros la llamaban "alien" o "dálmata", o le preguntaban si se lo había hecho a propósito. 

Incluso los adultos se quedaban mirándola y le decían cosas hirientes: "Cuando era pequeña, me di cuenta de que la gente me miraba a causa de mi piel, lo que me hacía sentirme mal. La gente desconocida me miraba como si fuera un monstruo". 

Su adolescencia fue especialmente difícil, no solo por sus lunares, sino por todas las cicatrices que tenía. "Tenía 13 años y solo quería ser normal. Me tiraba los días llorando, deseando ser otra persona". 

Pero por suerte, Alba tiene amigos y familia que la apoyan. Sus padres la llevaron a un psicólogo, que la ayudó a sentirse bien con su apariencia física. 

Paso a paso aprendió a aceptar su cuerpo. "Me di cuenta de que mis lunares, cicatrices y mi enfermedad eran gran parte de mí, tanto física como psicológicamente". 

A los 16 años decidió que era hora de dejar de esconderse y publicó fotos de sí misma en Internet. 

Pronto vio que miles de personas la retuiteaban y hacían "like" en sus posts. Su valentía había servido para algo: la gente la apoyaba. 

Luego decidió ir un paso más allá y entrar en un concurso en el que se premiaba la aceptación del propio cuerpo: ¡y ganó! El resultado fue que sus fotos aparecieron en carteles publicitarios, periódicos y revistas; incluso en los mismísimos autobuses de toda España. 

"Ahora me doy cuenta de que mi piel es única, bonita y especial", dice Alba orgullosa.

"Ahora me siento mucho más positiva hacia mi cuerpo y estoy intentando hacer que mi enfermedad sea más conocida para ayudar a otras personas. Me encanta cuando la gente me dice que les he mejorado la vida: esa es razón suficiente para seguir enseñando mi cuerpo".  

¡Qué valentía la de esta chica para llegar hasta este punto, y qué gran mensaje está dando a los demás sobre autoestima, aceptación de uno mismo e inclusión!

Y lo cierto es que cada cuerpo es único, por lo que todos nos beneficiamos cuando nos aceptamos y animamos los unos a los otros ¡tal y como somos!

Créditos:

Daily mail

Comentarios

Más de Nolocreo