Después de un día en la piscina, niño se ahoga al dormir la siesta

Johnny Jackson es un alegre niño de 10 años. Esta es la primera vez que ha ido a nadar y se va con uno de sus amigos. Después de un divertido día bajo el sol, su madre lo recoge y vuelven a casa.

Youtube/Tugat Yourheartstrings

Cassandra, su madre, charla con él en el coche de camino a casa y le pregunta qué tal le fue el día. Johnny está exhausto del día de emociones, pero contento. Cuando llega a casa, se da un baño y se viste. Ha sido un día muy divertido pero ya ha acabado.

Entonces Johnny decide echarse una siesta. ¡Correr y jugar todo el día es cansadísimo! La madre no nota nada fuera de lo normal.

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Pero cuando más tarde va a verlo, se encuentra con la peor pesadilla de una madre: Johnny tiene espuma por toda la cara y el delgadito niño ya no se mueve. Su madre Cassandra empieza a sacudirlo y a rogarle al cielo que su pequeño esté bien, pero es demasiado tarde: con solo 10 años, Johnny se ha ido.

Más tarde, la autopsia revela la causa de la muerte. Su madre, Cassandra, no puede creer lo que le dicen: Johnny se ha ahogado. Es entonces cuando le cuentan qué ha matado a su hijo: ahogamiento seco, una variante rara pero igual de mortal. “Hasta ahora nunca había oído hablar de ella. No me podía creer que tal cosa existiera“ cuenta Cassandra. Y, desafortunadamente, muchos padres no tienen ni idea de que sus hijos puedan ser víctimas de esta terrible muerte, incluso horas después de salir del agua“.

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En el ahogamiento seco los niños fallecen a menudo de un laringoespasmo, pero también puede pasarle a adultos. Este es un reflejo protector que evita que el agua entre en los pulmones pero limita la capacidad respiratoria de los afectados. El cese de la respiración provoca ataques de pánico y, a menudo, pérdida de consciencia. Mientras que la persona está inconsciente, los músculos se le relajan y puede comenzar a respirar de nuevo. Pero, en el 10% de los casos, la vía respiratoria se bloquea.

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Tragar pequeñas cantidades de agua es, por tanto, igual de peligroso. El niño puede aparentar total normalidad, hablar, correr y responder. Pero las pequeñas cantidades de agua pueden provocar que los pulmones se inflamen, se produzca un edema o una interrupción del intercambio gaseoso. En un período corto de tiempo, a menudo incluso horas, la falta de oxígeno puede ser mortal.

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Los niños pequeños son especialmente vulnerables a este tipo de ahogamiento: sus pulmones son pequeños, por lo que una pequeña cantidad de agua puede causar grandes destrozos a sus sistemas respiratorios.

Para prevenir este tipo de ahogamiento, debemos estar atentos a los siguientes síntomas. Estos son similares en el caso del ahogamiento seco y el normal:

• Tos fuerte y persistente.
• Dolores en el pecho.
• Respiración dificultosa o hiperventilación.
• Fatiga visible.
• Labios de color azulado.
• Apatía.

Si empiezan a manifestarse estos síntomas, el niño o adulto ha de llevarse inmediatamente a urgencias. ¡Es la única forma de salvar su vida! Por supuesto es difícil que no se produzcan accidentes, sobre todo cuando se trata de niños pequeños. Por ello, es muy necesario vigilar a los niños mientras juegan en la piscina. Incluso al caerse en un charco, el niño puede tragar agua. Es importantísimo estar muy atentos.

Ahora que llega el verano y a los niños les encanta bañarse en la piscina, es fundamental que los padres y acompañantes conozcan la existencia de este riesgo. Por ello, comparte esta información con tus seres queridos. ¡Podrías salvar una vida!

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