Conmovedora historia: una mujer busca a su hija que acaba de dar a luz

Era mediados de septiembre en Pusan, Corea del Sur. El agente de policía Pak, que acababa de comenzar a trabajar en la comisaría, se sentía un poco cansado tras el almuerzo. Casi estaba a punto de dar una cabezada cuando su jefe, el agente Kim, recibió una llamada de una extraña anciana que llevaba más de una hora rondando por la misma vecindad. 

Era hora de ponerse en marcha. Mientras se subía a su vehículo policial, Pak pensó que seguramente la mujer estaría perdida, algo común, que podía solucionarse rápidamente. 

Cuando llegó al lugar, se encontró a una señora mayor que sostenía dos bolsas. A las preguntas que él y su compañero le hicieron, la mujer no podía dar ninguna respuesta: quién era, dónde vivía o dónde quería ir. Lo único que repetía sin cesar era que su hija había dado a luz en el hospital. Sin embargo, tampoco podía recordar el nombre de su hija. Cada vez que le preguntaban algo para lo que no tenía respuesta, presionaba las bolsas contra su pecho. Pronto Pak se percató de que la señora sufría Alzheimer. La situación era más complicada de lo que había supuesto en un primer momento. 

Sin poder sacar ninguna información útil de la conmocionada mujer, el agente Pak empezó a buscar pistas que lo ayudaran a saber quién era la mujer. En ese momento algo le llamó la atención. La mujer iba en zapatillas de andar por casa. Eso le decía que no debía de vivir muy lejos. Pak le hizo una foto con el móvil, que le mostró a todas las personas con las que se encontró por la calle.  

Mientras seguía buscando a alguien que la conociera, intentó llevarla hasta la comisaría para que pudiera sentarse y soltar las bolsas, que parecían muy pesadas. “¡No!”. Su respuesta fue tan firme que le sorprendió. Al ver que solo lograba ponerla nerviosa, dejó que se quedara sujetando esas bolsas que tan preciadas parecían para ella. 

Varias horas más tarde, finalmente dieron con alguien que supo quién era. El agente Pak pudo saber el nombre, dirección de la mujer e incluso el hospital donde su hija había dado a luz. 

Después de casi 6 horas, los dos agentes llevaron a la señora al hospital para ver a su hija y a su nieto. Tan pronto como los vio, la anciana dejó escapar un suspiro de alivio y comenzó a abrir sus bolsas. Su contenido conmovió incluso a los policías. En su interior, había sopa de algas ya fría, verduras cocinadas y arroz. En Corea la sopa de algas caliente se suele dar a las madres después de dar a luz, porque el alga es una gran fuente de calcio. 

 

El agente Pak estaba profundamente conmovido. Esta mujer, que no podía recordar ni su nombre, tenía grabado a fuego en su memoria que tenía que darle sopa de algas a su hija. “Tómate la sopa, cariño", le dijo afectuosamente a su hija. Esta se echó a llorar mientras dejaba que su madre le diera la sopa. 

El amor de una madre es tan fuerte que a veces es casi sobrenatural. Puede incluso superar una enfermedad cerebral. Si esta historia te ha parecido conmovedora, compártela con todos tus amigos. 

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