Esta chica de 28 años ha sido tratada como una muñeca desde que nació

A simple vista, parece que Angelica Kenov, una rusa de 28 años, tiene una vida maravillosa. Es guapa, esbelta y da a entender que vive en un cuento de hadas. Pero hay gato encerrado detrás de esta historia:

Hello! :) pic.twitter.com/jm2k1oXmb8

— Angelica Kenova (@KenovaAngelica) September 20, 2016

Desde el día en que nació, los padres de Angelica la han tratado como a una muñeca humana. Ellos deciden qué ropa va a llevar, qué come y a dónde va. Aún vive con ellos en su casa y casi nunca toma decisiones por sí sola.

El objetivo de sus padres era hacer que su hija parezca una muñeca de Barbie. Y viendo sus fotos, se puede decir que lo han hecho bastante bien.

Se parece tanto que da miedo mirarla...

La madre de Angelica se encarga de elegir lo que come y su rutina de ejercicios, para que mantenga su figura de Barbie.

Ella dice ser totalmente "natural"; que luce así por su disciplina y sus buenos genes. Afirma que nunca se ha operado.

"Barbie es un modelo a seguir por todas las niñas del mundo. Tengo suerte de que me parezca tanto a ella" dice Angelica, al lado de sus padres. Solo pesa 38 kilos y tiene 50 cm de cintura. Pasa horas y horas machacándose en el gimnasio, pero ella afirma que es muy feliz así.

Su sueño es tener fama internacional y va por el buen camino: ya tiene más de 13.000 seguidores en Instagram.

Sin embargo, a pesar de tener muchos fan online, hay algo que falta en su vida: una relación romántica. "Sería difícil ya que mi madre está siempre conmigo", dice. "Todos los hombres que conozco son solo amigos."

Como no quiere decepcionar a su familia, nunca ha pensado en vivir sola. Siente que le debe algo a sus padres: "Me han dado tanto... Les agradezco mucho lo que han hecho por mí." Ella no se siente lista para vivir sin sus padres, pero sí que quiere encontrar a su príncipe azul (o a su Ken) algún día.

Hasta entonces, vivirá en su propio mundo rosa de muñecas.

Angelica dice que nunca es tarde para emanciparse, espero que sea cierto. Pero si está feliz viviendo así, allá ella. ¡Buena suerte, Angelica!