Mensaje inspirador de una madre animando a aprender a amar nuestro cuerpo

Cuando una mujer se convierte en madre su cuerpo cambia visiblemente. Y si una mujer tiene 6 hijos como es el caso de la australiana Sharny Kieser, es más que probable que tu cuerpo sufra un gran cambio. Las marcas más visibles de los 4 años y medio que Sharny pasó embarazada son las estrías de su vientre y piernas. 

La mujer escondió su cuerpo durante años. Y aunque lo ejercitaba constantemente, nunca se atrevía a ponerse en biquini o a dejar que sus estrías se vieran. Hasta que un día escuchó a su esposo Julius decirle estas conmovedoras palabras a sus amigos:

"No creía que entrenar mi cuerpo me sirviera de algo cuando veía que estaba cubierto de estrías. '¿Por qué debería tener un cuerpo genial si nunca me pondré un biquini?', me preguntaba. Si me invitaban a una fiesta en la playa o en la piscina, siempre rechazaba la invitación. Si no podía rechazarla, entonces me quedaba dentro ayudando con la comida o limpiando. Siempre andaba en pantalón corto y camiseta; deseaba que llegara el día en el que me atreviera a ponerme un biquini. 

Entonces, un día escuché sin querer a mi esposo explicándole a algunos de sus amigos por qué piensa que las estrías son hermosas. Son el resultado del gran amor que una madre tiene por sus hijos; que puede marcar su cuerpo si con ello trae a un niño al mundo... Él siguió y siguió explicándolo, y conforme más hablaba, más lo entendía yo. Me había odiado a mí misma por las mismas razones por las que él me amaba. Mi cuerpo no estaba arruinado, se había transformado de un cuerpo de una chica egoísta a un cuerpo de una sacrificada madre y esas marcas eran el símbolo de esa transición. Un recuerdo diario de que soy una madre. 

Miré mis estrías y me sentí orgullosa. Sentí amor. El amor de mi esposo y el amor de mis hijos. Cada uno de ellos ha sido alimentado y ha vivido en mi interior durante 9 meses. Sentí orgullo. Sentí amor. Sentí amor por mí misma. Y lo más impresionante es que en el momento en el que empecé a amarme a mí misma por lo que tengo ahora, por el cuerpo que tengo ahora, entonces empecé a tratarme mejor. QUERÍA comer sano. QUERÍA hacer ejercicio. QUERÍA hacer aquello que siempre he amado. Por el simple hecho de cambiar la forma en la que me miraba, por mirarme con amor y no con odio, he encontrado la motivación de cuidar de mi cuerpo. 

Debido a este pequeño cambio de mentalidad, sucedió algo mágico... Conseguí el cuerpo con el que siempre soñé. Empezó, sin embargo, queriéndome a mí misa. Estando agradecida por aquello que tenía, no queriendo algo mejor". 

Unas palabras preciosas e inspiradoras que deberían servir de ejemplo a todas las mujeres que han pasado por un embarazo. Nuestro cuerpo puede cambiar, pero tenemos que seguir amándolo tal cual es. ¡Mostrad orgullosas vuestras marcas de guerreras, porque cada una de ellas vale su peso en oro!

Créditos:

Inspire More

Comentarios

Más de Nolocreo