Tradición ofensiva: en muchos países aún se tolera el rapto de chicas

Era un día absolutamente normal, un día con mucho sol. Las calles del centro de la ciudad estaban muy concurridas; la gente esperaba su autobús, caminaba por las aceras, entraba y salía de las tiendas, en fin, todos realizaban sus actividades cotidianas.

Dos chicas jóvenes estaban conversando en la parada del autobús cuando un coche negro se detuvo. Un grupo de hombres bajó rápidamente y se dirigió a las dos mujeres. De repente, agarraron a una de ellas y la subieron al coche mientras ella se resistía con gritos y patadas...

La escena podría parecer una pesadilla o a una broma de mal gusto, pero miles de jóvenes mujeres de todo el mundo son víctimas de secuestros muy parecidos y se enfrentan al mismo destino. Se le conoce como "el rapto de la novia", una especie de "tradición" que se sigue practicando en Asia Central. No hay estadísticas oficiales que demuestren la gravedad del problema, pero organizaciones de derechos humanos calculan que alrededor de 12.000 mujeres son secuestradas cada año solo en Kirguizistán.

Pero ¿cómo es posible que esto suceda? Resulta muy difícil de creer, pero estas mujeres suelen desconocer a sus secuestradores. Los hombres simplemente las observan desde lejos y esperan una oportunidad para llevárselas en contra de su voluntad y obligarlas a casarse con ellos. Los raptores aprovechan su crimen para demostrarles a los demás que son "hombres de verdad" y que pueden obtener lo que quieran. Cuanto más aparatoso sea el secuentro, mayor reconocimiento obtendrá el perpetrador por su acto "viril". Algunas veces, los robos de mujeres se llevan a cabo en sus escuelas o lugares de trabajo.

En la mayoría de los casos, la joven es obligada a vivir con su raptor mientras sus familiares tratan de convencerla de que debería sentirse feliz y agradecida por haber sido "la elegida". Por lo general, estas mujeres crecen en un medio donde les enseñan a obedecer a los hombres y a sus mayores, por lo que les resulta difícil oponerse a sus secuestradores. 

Para colmo de males, en más del 80% de los casos, la familia de la víctima termina aceptando el matrimonio. Con frecuencia, sienten que no les queda otro remedio, porque creen que nadie más querrá casarse con una mujer que ha estado en manos de un secuestrador.

Tanto defensores de los derechos humanos como ciertos políticos tratan de hacerle entender a la población que el "rapto de novias" es en realidad un crimen que suele incluir abuso sexual, violencia doméstica y suicidios. Pero como lo muestra el vídeo, la mayoría de la gente no lo toma en serio. En menos del 0,5% de los casos los familiares o los testigos dan aviso a las autoridades. Pero ¿por qué? En culturas donde este tipo de crímenes sigue siendo tolerado, hay una creencia muy arraigada de que las chicas desean en secreto que las obliguen a casarse y que los gritos y las lágrimas simplemente forman parte del espectáculo...

Pero no todo está perdido. Hay muchas organizaciones de derechos humanos de todo el mundo que están trabajando muy duro para eliminar esta "tradición". Puedes aportar tu grano de arena al firmar esta petición. ¡Entre todos podemos hacer que esto acabe!

Créditos:

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